viernes, 3 de mayo de 2019

PALACIO MUSEO BABURIZZA



Hoy viernes 3 de mayo de 2019 hemos realizado la visita anual de la asignatura "Cultura y Arte" de la Escuela de Ingeniería Civil Industrial PUCV al Palacio y Museo Baburizza; el grupo de 34 estudientes recorrió la muestra estable con la guía una de las integrantes del equipo de mediación en cabezado por Javier Muñoz.


POWERPOINT DEL MUSEO BABURIZZA


[Video Corporativo]

[Catálogo]
[Página web]

El museo está ubicado en un entorno privilegiado, de gran riqueza patrimonial por el conjunto diverso y rico de arquitectura e historia tanto del edificio mismo como de las áreas adjuntas y, muy central, de fácil acceso desde plaza sotomayor a través del restaurado ascensor "El Peral".


Algunos detalles de la colección y su renovada propuesta museográfica pueden apreciarse en los videos institucionales dispuestos en los links al inicio de este post.

Dejamos también disponible una versión digital on line del catálogo actual:


Aspectos a considerar al visitar la colección:

  1. Refleja el gusto del propietario original, tanto del edificio como de la colección. ¿Que se puede apreciar de ello y que opinión te merece?
  2. Se incorporan otras obra producto de que la casa es adquirida por el Municipio de Valparaíso y convertida en Escuela Municipal de Bellas Artes; esto llevó a una campaña para recoger obras donadas por importantes pintores chilenos, algunos de ellos directores y maestros de la propia escuela. ¿Que autores y obras chilenas destacarías? ¿Cuál es tu opinión personal acerca de ellas?
  3. Entre 1973 y 1995 se realizó la Bienal Internacional de Arte de Valparaíso, cuyos tres primeros lugares fueron de adquisición, incrementando así la colección con arte contemporáneo (ejemplo de catálogo de la Bienal de 1985). ¿Que destacarías de este conjunto de obras?


58 comentarios:

  1. Parte 1
    Es la primera vez que ingreso al Palacio y Museo Baburizza, ya que si bien lo conocía por fuera, entrar y descubrirlo fue una experiencia totalmente distinta, grata y enriquecedora. Desde un comienzo, se notó lo bien cuidado que estaba, con un amplio y hermoso jardín, y una entrada con muchos detalles. La visita guiada fue muy educativa, ya que para una persona no muy familiarizada como yo con las pinturas y la historia de Valparaíso, me ayudo a entender mejor cada obra y mirarla desde una perspectiva crítica y apreciativa, así como contextualizar cada sala en la que entrabamos.

    Palacio y colección Europea
    Me encantó el diseño y arquitectura del palacio, y me sorprendió descubrir que el techo no estaba pintado verde sino que se trataba de cobre oxidado. En el interior, cada sala cuenta una historia y posee detalles que permiten diferenciar su uso original.
    También me pareció importante entender la historia del palacio, el cómo paso de ser una residencia construida para una familia (por deseos de Ottorino Zanelli en 1916) al hogar del empresario croata Pascual Baburizza, y como la fusión con la casa de su sobrino hacen del palacio un todo armónico. El saber de su estilo de vida, sus viajes a Europa y su trabajo me ayudo a comprender de mejor forma las obras y los salones, dándome un contexto y un propósito para cada uno.
    En especial me llamo la atención la sala que contenía el gobelino francés y la "Mesa Luis XVI", la cual tenía muchos detalles tanto en la chimenea, en las paredes, las réplicas de los sillones, etc. En especial la mesa, retratando a la realeza francesa tallada en mármol, me pareció una obra súper minuciosa y hermosa. Esto, complementado con las obras de distintos estilos llenaba de personalidad cada cuadro, transportándonos a la época que evocaban. Me parece muy buena la mezcla de estilos que tenían las obras, con impresionismo, realismo, costumbrismo, y muchos más que permiten contrastarlos y entender distintas formas de expresión en el arte.
    En cuanto a las pinturas, la que más llamó mi atención fue “Nieve” del ruso Ivan Federovich, que retrata el realismo como estilo, pareciendo una fotografía. Me gusto en especial porque utilizaba el recurso de la luz, cambiando de un amanecer a un atardecer dependiendo de la intensidad de esta. El dinamismo de la obra y lo bien ilustrada hizo que fuera de mis favoritas. En general, casi todas las obras expuestas me gustaron, dado que mostraban diversos paisajes de Europa y épocas que transmitían mucho.

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  2. Parte 2

    Pintores y pinturas Chilenas
    En el segundo piso del palacio se aprecian las pinturas Chilenas producto de la adquisición del recinto por el Municipio de Valparaíso y conversión en Escuela Municipal de Bellas Artes. La obra que más llamó mi atención fue “La juventud tentada por los vicios” de Alfredo Valenzuela Puelma (1856-1909), presentado como uno de los 4 maestros de la pintura Chilena. Lo que más me gusto fue que al verla interpreté que los vicios se referían solo al alcohol, y no le di una segunda mirada. Luego de la explicación, me pareció una obra muy inteligente, al representar la vanidad de la juventud y el como el protagonista estaba condenado al no ver el precipicio por ver su reflejo. Creo que es interesante como una obra tan antigua aún tiene relevancia y puede extrapolarse a la sociedad actual, donde la copa puede ser fácilmente reemplazable por un celular, cumpliendo el mismo objetivo. También me llamo la atención el cómo fue bien recibida en Europa y mal vista en Chile, demostrando la diferencias de culturas de la época.
    La otra obra que me capto mi interés fue la obra de Jim Mendoza (1905-1963), la de los “patipelados”, en especial por el estilo usado que contrastaba con el resto de obras de la sala y fue hecha con materiales reciclados (como sacos de papas para el lienzo y las frutas y verduras para el tinte). Me gusto e impresiono la degradación de colores logradas con frutas y verduras, además de la historia del cuadro en sí, representando a hombres del mercado que preferían estar descalzos para llevar más dinero a su familia. Esta obra me hizo pensar en cómo eran los trabajadores de algo tan icónico en Valparaíso como el mercado, y como las condiciones de vida han ido variando a medida que nos desarrollamos.
    En general, las obras Chilenas me gustaron porque retrataban un Valparaíso que no conozco, evocando una época que me permite evidenciar como han cambiado las cosas al día de hoy. Además, muestra la fuerte influencia Europea de esos años en la sociedad porteña.

    Bienal Internacional de Arte de Valparaíso.
    Lo que destaco del conjunto de obras adquiridas es el aporte que hacen al museo en sí, dando otra perspectiva del arte al tratarse de arte contemporáneo. Las abstracciones, conceptos, trazos y formas presentan una diferenciación respecto al resto de obras que tratan paisajes y retratos. Me parece una buena propuesta el incluirlas (así como las esculturas) para darle una mayor variedad a las obras expuestas.

    En conclusión, la visita me pareció muy informativa, ayudándome a conocer más la historia de la ciudad en la que estudio y de Chile en general, permitiéndome hacer un contraste entre la ciudad en esos años y como ha cambiado hasta llegar a lo que es hoy, así como también conocer las diversas técnicas y estilos de la pintura, complementando lo visto en clases. La experiencia de ver una obra en persona es totalmente distinta al de ver una imagen. Incluso, al sacar fotos con el celular, se perdían los colores y los efectos visuales que presentaban algunas obras, por tanto me parece que es una experiencia muy valorable y fructífera al poder entender el contexto, la historia y ver las obras en la realidad. Para finalizar, me gustaría destacar lo bien mantenido que estaba el museo y palacio y lo accesible para el público, permitiéndole a la comunidad conocer una parte de la historia e idiosincrasia de la ciudad.

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  3. La visita al Palacio Baburizza fue una experiencia muy completa, tanto visualmente como en términos de contenido ya que a pesar del claro protagonismo de las obras, todo el alrededor se complementaba en una experiencia artística íntegra. Por una parte las afueras del palacio, que por cierto estaban muy bien cuidadas, te hacían transportarte inmediatamente a otra época sin haber entrado al inmueble aún, lo que generaba cierta ilusión que se acrecentaba a medida que recorríamos el museo. Llamaba la atención los detalles arquitectónicos en los muros, los adornos en relieve de madera y metal, las ventanas, los espejos, los diseños en el techo, el mobiliario antiguo (como la mesa inspirada en María Antonieta), etc. Esto estaba muy bien complementado con la colección europea del señor Baburizza que, en general, retrababa la cotidianeidad de Europa en el siglo XIX, que más que mirar una pintura, hacían pensar que estabas mirando por una ventana.

    Lo que más llamó mi atención sobre la colección europea de Pascual Baburizza es la temática constante de la cotidianeidad y los paisajes naturales, que desde mi interpretación puede deberse a querer recordar sus tierras natales (ya que el provenía del continente europeo) y mantenerlas casi como un álbum de fotos. Si bien el señor Baburizza llegó a pertenecer a una clase muy alta junto a una gran fortuna, su colección demuestra su aprecio por la simplicidad de la naturaleza y del quehacer diario de la gente. Así lo demuestran algunas de las obras presentes donde se repiten los motivos populares o costumbristas de la época, por ejemplo, personas lavando en el río, pastoreando, pescando, disfrutando en la playa, etc. Estas también representan muy bien las expresiones artísticas presentes en la época, desde el realismo hasta la revolución impresionista.

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  4. La colección de obras inspiradas en Chile y Valparaíso son un gran regalo histórico que hace el señor Baburizza a la memoria porteña, ya que este se dedicó a coleccionar obras, que a través de distintas corrientes artísticas, retratan la cotidianeidad de algunos lugares de Chile, pero en especial de Valparaíso. El recorrido por esta colección nos hace transportarnos a un puerto que recién comienza a asentarse, aunque aún se pueden reconocer lugares y estructuras que han permanecido hasta los días de hoy, como la caleta El Membrillo, el Barrio Puerto, Avenida España, etc. Llama la atención la variedad de corrientes artísticas encontradas en esta colección, donde las mismas postales del puerto están retratadas de manera muy minuciosa u otras muy abstractas (como las pinturas impresionistas). Es interesante fijarse en la diferencia muy marcada de las clases sociales de la época, donde aquellas personas asociadas a clases altas están situadas en barrios acomodados del Valparaíso de esa época, como los alrededores del palacio, mientras que las personas asociadas a clases más bajas son retratadas en sus lugares de trabajo en el puerto y los mercados.
    Dentro de esta colección, personalmente destaco las obras de Alfredo Valenzuela Puelma, en especial la pintura denominada "La segadora", por el carácter y la independencia con que se retrata a esta mujer trabajadora.

    Para finalizar, reitero mi agrado por la experiencia completa de la visita al museo, que incluía no solo la apreciación de la colección de obras de Pascual Baburizza sino que también la arquitectura del palacio y sus exteriores. En general me llamó la atención la afinidad del coleccionista por el paisajismo y el retrato de situaciones cotidianas. Pero también hay muchas otras aristas a analizar, como los retratos de hombres y mujeres que estaban organizados en salas paralelas en el segundo piso del palacio, ya que la manera en la que se presentan estas figuras dicen mucho del estatus y la percepción de la sociedad respecto a hombres y mujeres. También rescato mucho el valor histórico de estas obras, sobre todo aquellas referidas a Chile y en particular Valparaíso, ya que aportan a la memoria y el reconocimiento de la evolución de esta ciudad puerto y la importancia que tuvo para posicionar a Chile económicamente gracias a que era una parada obligatoria, como también el aporte cultural que trajeron los inmigrantes de esa época que eran en su mayoría provenientes del continente europeo y que ha configurado a Valparaíso como una ciudad cosmopolita hasta el día de hoy, siendo merecedora del reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

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  6. Para comenzar quiero dejar en claro que es la primera vez que visito el Palacio y Museo Baburriza, considerándome una persona muy regionalista y con gusto por fomentar lo propio de su ciudad (no siendo Valparaíso mi casa) no tenia muchas nociones mas allá del alcance de nombre del Palacio y Museo, siendo para mi esta nueva experiencia muy llamativa desde un comienzo, en donde en medio de Valparaíso se escondía realmente una maravilla, que es digno de recomendar a cualquier persona que no lo conozca, aunque con la recomendación de visitarlo con un guía producto de que esconde mucha y variada información artística y cultural de la ciudad, siendo realmente uno de los escondites de la memoria-ciudad.

    Propiedad y colección una ventana para conocer al dueño

    De acuerdo al propietario original y tomando como referencia el señor Ottorino Zanelli el punto de vista arquitectónico es exactamente lo que buscaba, una construcción urbanizada con muchos detalles, en un periodo en donde Chile el encontrar un similar era algo complicado, esto sumado a la importancia del puerto como puerto principal le otorgaba el estatus y respeto como tal, aunque esta no fue disfrutada por el. Es decir la visión que deja es la de un hombre enfocado en los detalles y con una clara visión de lo que quería. Ahora si llevamos este análisis a la colección y gusto arquitectónico pero del siguiente dueño Don Pascual Baburriza encontramos una perfecta correlación entre ambos, esto quiere decir que la colección adquirida es a raíz de una línea de gustos concentrados, el porqué de esto tiene su Genesis en la adquisidor del palacio y museo, a raíz de que este no era cualquier construcción, dado su ubicación, vista y detalles arquitectónicos, es mas siendo detalles que no se pasan por alto desde el momento que uno arriba al lugar, esto si lo cohesionamos con la diversa variedad de obras podemos ver la relación entre la urbanización y naturaleza como tal, entre la simplicidad de un trazo y el detalle más ínfimo de la ultima esquina de madera del palacio, en consideración personal siento que nada de las ubicaciones, cambios y adquisiciones aunque se diga que no sabia bien de arte fueron elegidos sin esa relación de gusto y contraste previamente descrito, queriendo considerar que todas las colecciones tenían perfecta relación con la ubicaciones y contrastes del palacio y museo.

    Gusto local

    Yo destacaría inicialmente una obra escondida, polémica y que hoy se lleva el punto medio de la pared de uno de los salones del Palacio y museo, la cual es del autor Juan Francisco González, y que se denomina “Capitán Dinamita”, una obra la cual como contexto buscaba demostrar la llegada de los hombres tras la guerra, una llegada triunfal de ellos pero que lejos de ese heroísmo poco realista que se quería demostrar demuestra naturalismo, una gran representación de lo nacional y una demostración de realismo notorio. Para mi fue una obra cautivante desde que uno entra a la habitación en donde se expone ya que te demuestra desde la primera mirada la sensación de que existe una historia no contada, la verdadera historia de lo ocurrido en la época, centra su atención en el uniforme tan conocido y característico de alguna pasada época chilena, en donde los recuerdos son de la valentía y misticismo mas de hombres y personas como lo somos nosotros, los cuales debieron pasar por diferentes contextos, además me llamo la atención el nombre que de por cierto es difícil de olvidar. Otra obra es el Paseo Atkinson de Alfredo Helsby, obra chilena de gran calidad que demuestra el pasar de la época, y que a modo personal me genera una gran curiosidad y asombro de como ha cambiado y se a perdido ese entorno cercano y natural de Valparaíso, siendo infinitamente lejano al Valparaíso que uno conoce en la actualidad.

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  7. Parte 2:

    Histórico bienal

    Al ingresar al catalogo bienal podemos encontrar otros conceptos mas lejanos de lo anteriormente visto en el Palacio y Museo, de donde se muestra Valparaíso y el realismo de la época contrastado a su vez con mucha naturaleza en diferentes ambientes, este bienal aporta una visión de arte a la cual uno más acostumbraría ver en la preconcepción de museo, con diferentes trazados y abstracciones que muchas veces a ojos del apreciador puede demostrar diferentes variantes, destacando finalmente con ello sus trazados y abstracciones como nombre y su otrora visión más lejana del realismo que nos puede mostrar las demás obras en exhibición.

    En conclusión la visita del Palacio y museo es una parada obligada para todos aquellos que quieran visitar Valparaíso, como también todos aquellos que forman parte de Valparaíso, esto a raíz de que es un pedacito de memoria escondida en el corazón de una de las ciudades mas culturales de chile, es una demostración de la importancia país, y de como se ha generado el crecimiento de la ciudad, explicando mucho de la cultura existente hasta el día de hoy, ahora bien en lo particular será una visita en la cual debes estar muy atento a consideración personal ya que cada muestra de la exhibición esconde una historia, tanto chilena como artística, y finalmente sin lugar a dudas puedes con esta visita incentivarte a realizar otras mas para conocer realmente tus gustos y apreciaciones por el arte y por lugares recónditos regionales, aprendiendo que vivir no es solo pisar todos los días la ciudad en la cual tu dirección aparece señalada.

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  9. Con un poco de vergüenza digo que fue mi primera vez tanto en el Museo Baburizza como por las calles de los cerros de Valparaíso. El lugar en donde se encontraba me llamó mucho la atención por sus características "antiguas" que todavía predominan en ese sector, como si fuese un viaje al pasado. El museo en sí estaba en perfectas condiciones, pese a los años de vida que tiene, las pinturas intactas y el recorrido lo encontré muy entretenido, mezclando la descripción de cada obra con la vida de Pascual Baburizza.

    Uno de los artes que más me llamó la atención fue el impresionismo, consta de cuando uno está lejos del cuadro puede ver perfectamente lo que hay en él pero acercándose uno empieza a ver puras "manchas" unidas entre sí las cuales hacen la ilusión de ver algo que realmente no está allí. Por ejemplo la obra "En la playa de Trouville" de Eugene Louis Boudin, la cual uno parado a cierta distancia logra ver gente en la playa, ya sea sentadas, paradas, solas, en grupos, etc..., pero al acercarse uno puede ver que la persona es realmente 6 manchas (la cabeza, el torso, piernas y brazos).Otra impresionante obra fue el gobelino y la chimenea de mármol. Era increíble cómo a través de telas podrían crear tales dibujos tan exactos, como por ejemplo los caballos. Estas telas eran pintadas luego con una leve capa por encima.

    Una de las obras que mas me llegó como "mensaje" fue la obra chilena "Los patipelados", ya que se realizó con reciclaje. La tela era tosca, gruesa, estaba hecha de sacos de papas y la pintura estaba hecha a través de frutas y verduras. El autor Jim Mendoza era pobre, por lo que su cuadro al representar personas sin zapatos, quería representar la idea de que el tener zapatos no era lo más importante, sino que era llevar comida a la casa de cada uno. También la guía del recorrido hizo hincapié en la obra "La juventud tentada por los vicios", con el hombre mirando la copa, o en la copa su reflejo demostrando el concepto de vanidad. Lo más llamativo era que las personas no se daban cuenta que estaban cayendo a un precipicio. Habían varias obras las cuales me gustaron, no hay que nombrar todas, pero fue muy importante aprender acerca del romanticismo por ejemplo, o del costumbrismo; o el como se representaban las adaptaciones que tenían los porteños frente a los inmigrantes.

    Acerca de la Bienal Internacional de Arte de Valparaíso, destaco lo diferente en las obras expuestas. Obras las cuales pueden tener distintos paradigmas, dependiendo de la persona. Distintos colores, distintos mensajes, etc... Como también la enorme cantidad de países los cuales participan, y siento un gran alivio que Chile fue uno de esos.

    Como conclusión no está demás decir que me arrepiento de no haber conocido antes este museo, para así poder haber ido esta segunda vez y ver la otra mitad de obras que no pude contemplar. Fue una experiencia única para conocer más acerca de nuestros pintores chilenos y de otros extranjeros y del mensaje que muestra cada obra, que en mi opinión es lo más importante.

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  10. Al visitar el Museo, lo primero que llama la atención es la arquitectura del edificio, la cual es muy típica de la zona central de Europa de finales del siglo XIX. Esta peculiar arquitectura para Valparaíso es un vivo recuerdo de la importante influencia europea en la que se vio inmersa la ciudad en el siglo pasado, la que se debió principalmente a la importancia de su puerto en el comercio internacional. No deja de ser relevante mencionar que este inmueble se realza aún más debido al amplio espacio que lo rodea y por supuesto por su llamativa combinación de colores blanco y verde.
    Por su parte en el interior del chalé observamos una decoración bastante lujuriosa, con muchos materiales, comodidades y adornos propios de la aristocracia europea. Dentro de lo más llamativo esta la colección de pinturas de Pascual, quien sin ser un experto en arte se vio cautivado principalmente por la corriente impresionista. Estas obras son todas de origen europeo y fueron traídas personalmente por el señor Baburizza en los múltiples viajes que realizo a dicho continente. Las obras tratan principalmente de paisajes o labores cotidianas como la pesca, recolección de frutos o cosas por el estilo, lo que de seguro le generaba algún tipo de conexión con su tierra natal.
    En lo personal, me apasiona el tema de Valparaíso y su historia, sobre todo la relacionada con la inmigración europea, por lo que las obras, el museo y los alrededores permiten palpar en cierta medida lo que fue dicha época en la ciudad. Por su parte, muchas de las obras sorprenden muchísimo por la técnica y los efectos logrados, ejemplo de estos es el cuadro “Nieve” (uno de los pocos cuadros que no es Realista) que cambia muchísimo de perspectiva dependiendo de la luz con la que se le mire.

    Dentro de las obras que se encuentran en el Museo Municipal de Bellas Artes, se pueden apreciar obras de los pintores nacionales más destacados, como lo son Alfredo Valenzuela, Juan Francisco Gonzalez, Alberto Valenzuela entre otros. Las obras que personalmente destaco son las que retratan la historia de Valparaíso, como es el caso de “Puerto de Valparaíso” de Johann Moritz Rugendas, o como nacionalmente se le conoce Juan Mauricio Rugendas, quien muestra la ciudad de Valparaíso desde una perspectiva poco usual para la época (desde el mar), y permite visualizar el cambio que a sufrido la ciudad , además claro de que el artista posee una interesante historia que lo liga a la ciudad. Otra de las obras que personalmente me llamo muchísimo la atención fue “El capitán dinamita” de Juan Francisco González, no tanto por la calidad artística que es innegable, sino más bien por la historia que posee dicha obra, ya que a mi juicio constata de muy buena forma la realidad que les tocó vivir a la gran mayoría de los “soldados rasos” al volver de la guerra del pacifico, que al no poseer medallas de héroes fueron abandonados a su suerte.

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  11. La adquisición de las nuevas obras es claramente un aporte importante al patrimonio del museo y a la ciudadanía en general que puede disfrutarlas. Se observa visiblemente que estas obras son de un estilo muchísimo más contemporáneo que el resto de las obras exhibidas en el museo, por lo que genera una ruptura de estilo, haciéndose relevante la división de espacios para poder generar armonía estética en toda la exposición. En lo personal no soy admirador del arte moderno, por lo que lo que más valoro de estas obras no es en sí su contenido, sino la circunstancia por la que fueron creadas. El Bienal Internacional de Arte de Valparaíso fue una instancia sumamente enriquecedora para el arte nacional, destacando su duración y participación internacional, dejando un importante legado para la ciudad porteña.

    Finalmente, solo queda destacar la visita y valorar la oportunidad de conocer un poco más del patrimonio de nuestra ciudad y de la historia que nos rodea. El museo cumple una gran labor preservando el patrimonio arquitectónico y artístico del país, sin embrago a juicio personal siento que la imagen de un personaje tan relevante como Pascual Baburizza se podría haber destacado aún más en la presentación.

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  12. La visita al Museo y Palacio Baburizza significó una grata primera experiencia dado que, si bien lo había visto solamente desde el paseo, me encantó la arquitectura y el diseño que este tiene la cual sin lugar a dudas está influenciada en las corrientes Europeas de siglos anteriores, que también es posible apreciar en las demás "casas" del sector. Una de las cosas que más me llamo la atención con respecto a la colección del propietario original del edificio es que, muchas de las pinturas tienen un motivo o están ligadas a la vida en la costa, el mar y las personas que tienen una vida cercana a este ,como por ejemplo la pintura "Regreso de los pescadores". Además este mismo motivo se puede apreciar también en las pinturas y obras de origen nacional, que se enfocan en lo que era la tanto el Valparaíso en sus inicios y la vida costera de esos entonces. A la par de lo anterior es que también me impacto y me llamó la atención que la casa (ignorando si fue hecha con ese propósito), destina la mayoría de las ventanas e iluminación natural con vista al mar, lo que en una ciudad como Valparaiso genera una atmosfera única y que va acorde con las obras expuestas en el museo, lo que me hace pensar que el propietario original sentía una conexión especial quizas por la ciudad, como también por el mar y la vida costera.

    En cuanto a las obras de los autores chilenos presentes, me gustó muchisimo "La juventud tentada por los vicios" de Alfredo Valenzuela Puelma, la cual dada la explicación de la guía, mostraba una profunda visión y podriamos decir que "enseñanza" que es trasmitida por la obra, como tambien me gustó muchisimo la obra "El capitan dinamita" de Juan Francisco González ya que se atrevió a representar a un héroe de guerra "distinto" a la concepción popular logrando plasmar en su obra a un héro e que victorioso, mostraba una expresión totalmente contraria, es decir, de desolación y profundo dolor, ya que se observaba sin una pierna y un brazo herido, lo que podría significar además todo lo sufrido no solamente físicamente, en la guerra, lo que me pareció totalmente magnifico y una pena que dicha obra fuese oculta por no ser del agrado de ciertas personas.

    Finalmente, encuentro destacable la incorporación de las obras contemporaneas ligadas al Bienal Internacional de Arte ya que, es una oportunidad majestuosa de poder hacer un contraste de las obras que ya estaban presentes en el Museo que claramente tienen un estilo muy propio de la época en que fueron elaboradas, con respecto a estas obras más contemporaneas que también merecen un lugar en un museo que tiene como objetivo el preservar el patrimonio cultural y artístico de la humanidad, a partir de la colección original del propietario del Palacio, lo que permite que otras personas puedan maravillarse tal como yo lo hice gratamente en esta visita.

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  13. Entrada al Baburizza, la colección europea

    La edificación como tal desde afuera ya genera una fuerte impresión, los colores utilizados contrastan con su alrededor y el verde del techo hace resaltar las distintas formas que va tomando dandole mas personalidad a su imagen general, al entrar los colores interiores también tienen tono bastante definido desde el piso, que se mantiene original, hasta sus paredes y techo, obviamente que el edificio sea capaz de verse tan preservado es por consecuencia de sus restauraciones y cuidados actuales, gracias a ello permite complementar la visita a las obras. En este aspecto me llama la atención las distintas ornamentaciones que tiene la estructura, una pequeña cúpula de cristal con distintos colores, figuras en madera en la escala y varios lugares de los salones.

    En el primer piso se encuentran las obras de la colección personal de Don Pascual Baburizza, se puede apreciar una colección de distintos pintores europeos, me llamó la atención como se apreciaban variedad de paisajes, situaciones, personas y lugares con distintas técnicas de pintura, entre ellas se hizo hincapié en el impresionismo, tema que mencionamos en clases pero es bastante distinto apreciarla en persona en donde fisicamente me aleje de varias obras para poder ver la imagen que a corta distancia no se podían ver claramente como es el caso de “En la playa de Trouvelle” (Eugene Lois Boudin).

    De manera particular y una de las obras que mas capturo mi atención fue “Nieve” de Ivan Fedorovitch Choultsé, junto con mi compañero comentábamos, cuando veíamos la obra, que si los colores y la calidez que desprende la obra eran producto de la técnica o materiales, etc, no fue hasta cuando la guía apagó la luz que nos dimos cuenta de la dicotomía que era capaz de producir, y que con la luz apagada transmitía lo contrario, frio y oscuridad.

    Al avanzar al salón gigante el foco pasó de las pinturas a parte de los ornamentos arquitectónicos, uso del marfil rosado en la chimenea y marquetería de los zócalos y el gobelino francés que contaba con gran cantidad de detalles en su hechura. En este salón también se encontraba la “Mesa Luis XVI” en donde se hizo hincapié en su valor histórico, con ilustraciones pintadas a mano.

    De esta parte del recorrido es posible situarse en lugares de una misma época, esto gracias a que las distintas obras reflejan lugares, personas y paisajes con características comunes.

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  14. Colección Nacional

    Al comenzar a subir al segundo piso, la sensación cambiaba drásticamente, en el recorrido anterior vimos cuadros de un tamaño regular, “normal”, pero a penas entramos al corredor para el segundo piso se ven tres grandes cuadros, dentro de mi ignorancia, nunca había visto obras de tal tamaño. Inmediatamente llamó mi atención “Terneros en la nieve” de Rafael Correa, creo que nuevamente me capturó el tema de la iluminación y la nieve, en donde la imagen resulta muy realista, casi como una foto.

    Al seguir subiendo se encuentra “La juventud tentada por lo vicios” de Alfredo Valenzuela Palma, me llamó la atención justamente por los temas que comentamos en clases sobre representación del cuerpo humano y los desnudos, es interesante la interpretación que se puede hacer del cuadro en cuanto a los vicios y como son representados, con el aporte de la guía permite ver el cuadro holísticamente, tomando en cuenta factores que por si sola no me di cuenta que estaban.

    Al continuar con el recorrido me encontré reconociendo los paisajes de las obras, me llamó la atención las distintas representaciones de Valparaíso y como estas iban evolucionando a medida que se pintaban en distintas épocas de tiempo, dentro de las que destacó desde mi punto de vista fue “Puerto de Valparaíso” de Juan Mauricio Rugendas ya que da una ángulo distinto de vista de la ciudad, “de frente” en contraste con la mayoría de las vistas “de costado” de la ciudad, ademas de ello se ve una estructura claramente reconocible hoy en día, dentro de este ultimo aspecto también destaca “Antiguo muelle de Valparaiso” de Thomas Jacques Samerscales, un cuadro que retrata el actual Muelle Prat de aquel tiempo, con gran detalle y capturando parte de la esencia de Valparaíso como lo es el puerto y los cerros. Estas obras despiertan un sentimiento de cercanía, ya que al vivir acá se conoce en la actualidad estos lugares.

    “El paseo Atkinson” también me llamó la atención puesto que entrega una mirada distinta de la ciudad, en donde habla implícitamente de la inmigración de ese tiempo, tema que también se hace notar en “Caleta El Membrillo” de Desiree Chassin Trubert.

    Bienal Internacional de Arte de Valparaíso

    La existencia del Bienal Internacional de Arte de Valparaíso permitió que el lugar se nutriera de nuevas obras que escapan de las secciones anteriores, nuevos trazos, materiales y temas que representar relacionados mayormente con el arte contemporáneo , dando mayor variedad a la colección del palacio.

    En conclusión, la visita al museo resulta bastante enriquecedora, de buenas a primera la estructura del edificio, sus ornamentaciones y colores llaman la atención y son una preludio a sus obras, el primer piso refleja historia y corrientes de la época ademas de artículos originales que pertenecían al dueño del palacio, el segundo piso entrega una nueva mirada sobre Chile y especialmente el avance histórico de Valparaíso, tanto estructuralmente como su población. Cabe destacar el espacio que el lugar da a artistas chilenos, gracias a la guía en el recorrido pudimos escuchar de su importancia y apreciar las obras que donaron al lugar, generalmente apreciamos las obras de arte conocidas en Europa en los museos mas famosos y pensamos en viajar para allá, en esta visita me di cuenta que primero hay mucho que conocer acá, de los mismos pintores chilenos y obras europeas que quizás no son tan famosas pero permiten aprender y apreciar las visiones de mundo de ese continente y de esa época.

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  15. Parte 1: Al comenzar la visita llama mucho la atención lo imponente de la arquitectura exterior del palacio, una vez se ingresa la primera sensación que evoca el lugar es el sentimiento de estar en otra época, la primera parte del recorrido al ser la colección privada del Sr. Baburizza, permite hacerse una idea de como fue él en vida. Una de las obras de esta parte del recorrido que me llamó bastante la atención se llama "Nieve" del artista ruso Iván Fedorovitch Choultsé, un aspecto que destaco de esta obra es la paleta de colores utilizadas, en especial me pareció muy interesante la ausencia del color blanco, a pesar de que gran parte del cuadro es un paisaje cubierto de nieve la cual por sentido común se asocia al blanco, otro aspecto llamativo para mi fueron los tonos anaranjados brillantes utilizados para representar el reflejo de la luz solar en la nieve del suelo, en general esta obra me hace pensar en un lugar sumamente tranquilo y cálido a pesar de estar rodeado de nieve. Al avanzar por el primer piso del museo se aprecian múltiples obras las cuales en general son obras de autores europeos con temáticas costumbristas y utilizando en particular estilos como el impresionismo y realismo, dentro de estás hay una en particular que me pareció pertinente de mencionar en este comentario por la vistosa combinación lograda con la chimenea existente en el segundo salón del primer piso, este telar me llamó bastante la atención por dos motivos, el primero es la temática que aborda, el telar representa una escena de caza de zorros en Francia, es interesante ver como han cambiado a través del tiempo las costumbres de algunos pueblos; lo segundo que me parece importante de destacar es el tiempo y el esfuerzo que se le debe haber dedicado a la realización de la obra dado su tamaño y la cantidad de detalles que tiene. En general esta primera parte del recorrido me pareció una buena forma de conocer técnicas y temáticas por artistas en su mayoría europeos de la época.

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  16. Parte 2: En cuanto a la segunda parte del recorrido, no me detendré en ninguna obra en particular, ya que me parece un poco injusto dejar afuera las demás obras, puesto que la colección en si permite realizar un viaje imaginario a través de la historia del puerto de Valparaiso, destaco esto, pues no soy de esta región por lo que fue una gran oportunidad de aprender sobre la ciudad a través del arte, destaco también la gran cantidad de artistas nacionales de la colección esto me parece positivo para quienes no somos entendidos en la materia, pues permite reconocer el gran talento y capacidades de los artistas nacionales. Hago un punto aparte para hacer una mención a una obra en particular, esta obra me llamó mucho la atención por su contenido y la controversia que generó en su tiempo, esta obra es "El capitán dinamita" del autor chileno Juan Francisco González, esta obra representa a un veterano de la Guerra del Pacífico con algunas partes de su cuerpo mutilado y con una expresión mas bien de tristeza, la controversia que generó esta obra se debe a que no representaba lo que se esperaba fuese un héroe de la guerra, lo que la llevo a ser escondida durante un periodo de tiempo, lo que saco como conclusión de esta obra es la fuerza e influencia que puede llegar a tener el arte en nuestra sociedad al punto de que las autoridades a veces quieran censurarlo.

    Luego, ya en la parte final del recorrido destaco positivamente la inclusión de nuevas obras del Bienal Internacional de Arte puesto que se convierte en una grata sorpresa para los visitantes del museo ya que amplía el espectro de temáticas y técnicas agregando obras más contemporáneas en comparación a las obras que se exhiben tradicionalmente en el museo, lo cual siempre se agradece en este tipo de instancias.

    Finalmente y a modo de conclusión, esta visita me deja muchas gratas sensaciones y algunas interesantes reflexiones, principalmente me llama mucho la atención la poca importancia que actualmente se le está dando al arte en nuestra formación como ciudadanos, pasando por alto el potencial que este tiene como herramienta para manifestarnos, me parece fundamental comenzar a darle el peso que se merece a las artes en nuestra sociedad, me gustaría poder empezar a realizar salidas como esta de forma mas regular e independiente, pues es una experiencia muy enriquecedora desde lo cultural.

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  17. Primera Parte

    La visita hecha al Palacio Baburizza fue la primera vez que tuve la oportunidad de ingresar a dicho lugar, y como tal, tuvo altos y bajos.
    En general considero que fue una buena instancia para conocer tanto el lugar como parte de su historia. La colección de pinturas de Pascual Baburizza me llamó mucho la atención al ser tan variada en técnicas, estilos y temáticas. A continuación detallaré ciertas experiencias, piezas y momentos que consideré interesantes de la visita.

    Colección Baburizza
    De la colección del propio Baburizza me llamaron la atención ciertas piezas en particular y estilos que detallo a continuación:
    Me pareció genial ver varios cuadros cuya técnica era el impresionismo. Es un estilo que no conocía nominalmente, pero si había tenido la oportunidad de apreciar piezas que utilizan este estilo, y ver nuevos cuadros fue una grata sorpresa.
    “Cogiendo Moras” (1914) de Eugenio Hermoso - de esta pieza rescato la manera de mostrar la inocencia en los rostros y miradas de las niñas representadas en la pintura con una gran técnica en los personajes representados, y un dejo de “descuido” en los demás elementos que componen el cuadro, lo cual genera un realce de la figura humana muy bien logrado.
    “Regreso de los pescadores” (1862) de Louis Eugéne Isabey - agradezco haber conocido esta pintura en la visita y el estilo que representa. El romanticismo, como nos fue explicado, tiene la característica de realzar las emociones y contar una historia a través de, en este caso, la pintura. Esta pieza en particular posee varios elementos que nos permiten imaginar la historia que lleva a los personajes a estar en la situación representada y las emociones que se están viviendo en el momento retratado.

    Colección nacional (Museo de Bellas Artes)
    De la colección chilena quiero rescatar lo siguiente, sin desmerecer el valor de todas las obras que forman parte de la colección:
    “Antiguo muelle Prat” de Thomas Jacques Somerscales, “Paseo Atkinson” de Alfredo Helsby y “Caleta Portales” de Ladislao Cheney, muestran cómo el arte, la pintura en este caso, puede retratar e inmortalizar momentos, personas y lugares de tal manera que éstos no sean sólo un recuerdo de lo que fue, sino que permiten experienciar de alguna manera el existir y habitar en tales momentos y lugares, y ver la evolución que estos han tenido en el tiempo.
    “El capitán dinamita” de Juan Francisco González me llamó especialmente la atención. Además de ser un gran trabajo, tanto en dimensiones como en realización, es interesante la controversia que generó en su momento. El cuadro fue pedido al autor para que representara un héroe de la Guerra del Pacífico, y lo hace, pero este héroe es representado bastante a maltraer: mutilado, herido y de semblante más bien triste y sombrío. Esta representación no fue bien vista por quienes querían algo más “heroico” y romántico del personaje. Esto hizo que el cuadro no fuera bien recibido y, más bien, censurado en su momento.

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  18. Para comenzar me gustaría mencionar que yo no pude visitar el museo el día programado por el profesor, por lo que me dijo que lo visitara solo cuando pudiera. Desde que entre al museo me sentí en un ambiente visualmente armonioso, alejado de la sensación de la abrumada ciudad, esa fue mi primera vez dentro del museo Bellas Artes de Valparaiso, y la verdad es que fue una experiencia verdaderamente gratificante y satisfactoria la cual supero por mucho mis expectativas, quedando interesado por prácticamente todas las pinturas del lugar.
    Al comenzar el recorrido por el primer piso donde se exhiben las pinturas de la colección europea donada por Pascual Barbariaza. Quede impresionado desde el primer momento, principalmente por el arte y ademas por la antigüedad de las pinturas, y como estas reflejaban una edad y una cultura diferente a la nuestra. En la primera sección, los cuadros que mas llamaron mi atención fueron el "Retrato de Pascual Baburizza", por su gran tamaño y lo que representa su imagen para este museo, es como conocer la raíz de donde comenzó todo lo que estamos recorriendo, mostrando una imagen admirable en su mirada. El otro cuadro que me agrado sobre todos los demás fue el "Mosquetero", el cual es del año 1879, y sale simplemente un mosquetero, sin embargo representa un prototipo de persona de esa época, con sus vestimentas distintivas, e incluso con un ambiente que me hizo sentir como me trasladaba hacia la antigüedad.
    Subiendo por la escalera, volví a quedar impresionado por la magnificencia de los cuadros presentes, por su tamaño y sus colores, entre los cuales el que mas me gusto fue el de "La juventud tentada por los vicios", donde encontré que se transmitía un sentimiento indescriptible sobre la tentación y los vicios, los cuales trascienden cualquier época, dejándome una gran enseñanza acerca de como puede reflejar el arte tales sentimientos.
    Ya en el segundo piso, me deje llevar por las pinturas de Valparaiso, de chilenos y otros artistas internacionales, entre las cuales la que mas llamo mi atención fue "Caleta portales" en donde pude ver una de mis playas favoritas del sector plasmada en la antigüedad, con los colores y el mismo sentimiento que hoy me transmite, solo que fue hace casi 60 años atrás, enseñándome los cambios que ha traído el tiempo, que sin embargo el arte puede captar un momento preciso y guardarlo a través del tiempo.
    Para terminar, me gustaría agregar que prácticamente todas las pinturas del museo me transmitieron un sentimiento diferente, y es indescriptible todo lo que pude observar dentro de esas habitaciones, las pinturas, sus colores, sus técnicas de pintura, la base sobre las que estaba cada una, sus marcos y el ambiente en general, todo junto hizo que fuera una experiencia maravillosa y única.

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  19. Segunda Parte

    Lo mejorable
    Siendo un admirador de la arquitectura, siento que se puede hacer un tour exclusivamente para apreciar y conocer sobre los distintos rincones y habitaciones del Palacio, su construcción y el entorno en el que se inserta. Creo que un recorrido que incluya esto sería de un gran valor considerando el lugar y su historia. Dentro de este aprecio por la arquitectura, considero que aquel puente construido por el Museo para unir las dos viviendas que forman parte del Palacio es una burla a la arquitectura del lugar. Siento que el Museo podría haber hecho un esfuerzo mayor que estuviera a la altura y le hiciera justicia al lugar donde se encuentra.
    Debo decir igualmente que el tour realizado (con las explicaciones incluidas) no me pareció del todo motivante o recomendable. Quedé con una sensación de que no había una línea clara para el recorrido y que fue hecho un tanto apurado, además ,a veces, los datos entregados no eran relevantes ni interesantes para una visita de esta índole.

    Como conclusión me quedo con que esta visita al Palacio fue una experiencia tremendamente grata. Conocer el lugar en su interior y las obras que forman parte de las colecciones por primera vez fue gratificante y de suma relevancia para mi como persona y futuro profesional. Estas son experiencias que no todas las personas pueden tener y creo que debemos considerarnos afortunados de poder ser partícipes de instancias como esta.

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  20. Soy una persona que lleva viviendo en la región casi 10 años y en los últimos años comencé una relación con Valparaíso en que la fui conociendo cerro por cerro, pero al llegar el paseo al Museo Baburizza que solo lo ubicaba por nombre pero nunca me percaté que había tanto material relevante en obras y esculturas que hacen notar que en la ciudad han cambiado muchas cosas, el como había sido antes en mejores tiempos que el actual, mayor desarrollo y mayor relevancia para el país más que solo una ciudad turística. El Museo Baburizza se encuentra un muy buenas condiciones tanto en su fachada como su interior y alberga importantes obras artísticas de renombrados pintores nacionales y extranjeros.

    El Palacio Baburizza, propiedad del empresario croata Pascual Baburizza en 1925 para su residencia, fue adoptando con el paso de los años un gustó por el arte y así, se dedicó a coleccionar obras tanto de reconocidos artistas nacionales como extranjeros de distintos estilos, tales como impresionismo (en su mayoría), costumbrismo, realismo y romanticismo. Ya en 1972 el palacio adopta la calidad de museo en el cual se abre paso al público de su colección privada, en el que además se descubren habitaciones muy coloridas acordes a las tendencias de su época, teniendo la particularidad de que no existían dos habitaciones iguales, además de habitaciones peculiares como su baño personal hecho de mármol turco y negro. Personalmente considero a Valparaíso una ciudad diferente a cualquier otra en Chile, que posee una historia que ya quisiera tener cualquiera y que llegó a ser una de las ciudades portuarias más importantes del Pacífico. La colección del señor Baburizza presenta de buena manera una introducción a ese Valparaíso y zonas aledañas, por lo que para quienes desean comenzar a conocer esta ciudad patrimonial, el Museo Baburizza es un excelente comienzo. Además que la misma construcción del palacio se encuentra en una zona privilegiada como es el Paseo Atkinson y su arquitectura destaca y se mantiene conforme el paso de los años.

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    1. La casa de don Pascual Baburizza fue comprada en 1971 por la Municipalidad de Valparaíso, restaurada e inaugurada como Museo de Bellas Artes de Valparaíso en 1972 a lo que posteriormente en 1979 se establece como monumento nacional. La mayoría de las obras que se encuentran en los niveles superiores del museo fueron donadas por distintos artistas nacionales. Personalmente aprecio mucho la reconocida historia que ha tenido Valparaíso en los últimos siglos, de como pasó a convertirse en una de las ciudades puerto más importantes del Océano Pacífico, debido principalmente por el aún inexistente Canal de Panamá, haciendo que toda embarcación que provenía de Europa debían pasar por Valparaíso y como una de sus consecuencias trajo consigo variadas culturas a la ciudad como son la inglesa, alemana y francesa. Esto hizo que económicamente Valparaíso fuera muy influyente. Por esto en lo personal, la Colección Valparaíso retrata de muy buena forma el buen pasar de la ciudad y contrasta el Valparaíso actual con el de unos siglos atrás, particularmente destaco la obra de Thomas Jacques Somerscales “Antiguo muelle de Valparaíso”, quién ya era conocido por retratar las más emblemáticas obras de la Guerra del Pacífico pudo representar a la perfección la importancia que tuvo Valparaíso hacia finales del siglo XIX, en ella se aprecia la Plaza Sotomayor y como se ha ido ganando espacio hacia el mar, junto con los lancheros quienes eran los más trabajadores de ese sector, esperando a las embarcaciones provenientes de lejanos lugares para atenderlas.

      La Bienal Internacional de Valparaíso fue una instancia muy especial para la ciudad, ya que permitió dar a conocer a distintos artistas de distintas partes del mundo con variados estilos en que las mejores exposiciones se mantendrían dentro del museo, aportando tanto a la ciudad puerto de Valparaíso como a la basta colección del señor Baburizza. Tal fue así que según contó la expositora, todas las esculturas existentes en el recinto fueron conseguidas por este ya extinto evento. En lo personal la Bienal aporto mucho para complementar al museo con otros estilos abstractos y no solo los ya existentes, esto hace pensar que con ver una escultura en el recinto se cree que fue traída desde el extranjero cuando en realidad fue ejecutada en nuestro propio país, por lo que es una muy buena oportunidad para que vuelva y pueda darle valor a los artistas nacionales y extranjeros para que den a conocer sus obras.

      Como conclusión hacia el museo, una visita al Museo Baburizza hace que uno se llene de orgullo por la ciudad de Valparaíso que fue hace un par de siglos, tan importante para el desarrollo marítimo como económico del país y es necesario para todo porteño saber su historia y sus hitos más que solo ser una ciudad patrimonio con sus casas pintadas. El museo y Valparaíso entregan un pedazo de cultura par el alma que viene a ser muy necesario para identificarse con esta maravillosa ciudad puerto. Respecto a sus obras, en si son una colección muy variada que recorre muchos estilos, esto en mayor parte gracias al poco conocimiento que tenía el señor Baburizza permitió dar a conocer no solo a artistas de una sola tendencia artística sino de varias más.

      DRO

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  21. Sobre el gusto del propietario original, Ottorino Zanelli, creo que el espacio de la propiedad y el número de habitaciones, y el equilibrio inicial de la construcción son bellas y de época.
    Sobre los gustos de Baburizza puedo decir que percibí que él dejó parte su esencia en cada rincón, no por los muebles que no están evidentemente, sino por los cambios que hizo o no hizo su casa, como el techo en cobre o el ascensor, y sus obras hablan mucho de él. Las personas que tienen gustos por el arte, por lo general le son sensibles y muchas veces buscan expresar algo al crearlo o al adquirirlo. Es como si a partir del arte y las obras se desprendieran respuestas, se conservaran inalteradas ciertas emociones y sentimientos, y entonces con el tiempo se forma nuestro gusto por un estilo específico de arte. En el museo, el primer piso era de lleno el conjunto de obras que Baburizza había coleccionado. Recuerdo que las preferencias de Baburizza se concentran principalmente en en el impresionismo y el costumbrismo. Con esto en mente, reflexionando, llegué a diversas conclusiones al respecto. En un intento por comprender al dueño de las obras, es que interpreto que quizás el costumbrismo era un movimiento sincero, expresivo y empático, que quizás jugaban el papel de un cable a tierra en la vida de Baburizza, su conexión con la sociedad. Por el lado del impresionismo, mi análisis es el siguiente: creo que de alguna manera Baburizza entendía que estaba construyendo algo armonioso y grande con todos sus negocios, algo que de lejos se veía completamente estructurado y divino, sin embargo, de cerca siempre habrían cosas por resolver y sin descanso porque el número de pinceladas no eran suficientes como para definir completamente todas las dimensiones de su gran obra. Admiro sus gustos de todas maneras y me fueron gratos, particularmente conecté con tres obras: “Santa María de la Salute” (Félix Francois Georges Philibert Ziem), “Nieve” (Iván Fedorovich Choultsé) y “Regreso del Pastoreo” (Claude-Emil Quinton).

    Sobre las nuevas adquisiciones del segundo piso, destaco dos obras pequeñas en tamaño porque capturaron mi atención sin celos, estas fueron: “Feria de la avenida Argentina” (Jim Mendoza Mc-Ray) y “El parroquiano” (Giovanni Mochi). La primera obra describe de alguna manera una feria en que se comparte de manera tranquila, en el piso, entre colores tierra y algunos rojos y verdes. Lo que me gusta de esta pintura es que es casi un rompecabezas, algo acogedor que te invita a ser parte pero de manera casual porque nadie te mira directamente para que formes parte sino que puedes ser parte de la obra si sólo decides hacerlo. La segunda obra, por otro lado, tuvo conexión conmigo por varios motivos. De alguna manera me llevó nuevamente a mi niñez porque recuerdo un programa de televisión que veía, no recuerdo bien el nombre, pero si recuerdo que me encantaba su escenografía. Lo que tiene esta obra es un singular realismo, que guarda todas las proporciones, con un toque caricaturesco pero pintado en los colores reales, y que resaltan un sentimiento general de abandono de las cosas. Es como si las cosas, lo no vivo, comprendieran que tienen un lugar y que son parte importante de éste. Como en una escenografía de un programa, toman un papel las cosas y forman parte de la obra. Aquí hay un caballero que parece estar pedido en sus pensamientos, mirando la nada, bebiendo algo y a la vez esperando, pero no somos indiferentes al fondo ni tampoco a las duras tonalidades del cuadro.

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    1. Del conjunto de obras obtenidas de la Bienal de 1985, me parecen interesantes aunque no son de mi gusto artístico del todo. Pienso que tienen carácter, y gritan lo que quieren decir. Mucha fuerza, mucha expresión y mucha seguridad de primeras. Lo complicado a veces es conseguir ver todas las aristas que la obra representa. No siento que armonicen por completo con las obras que vi en el Museo. Sin embargo, la idea que interpreté en el segundo piso del museo fue de una convivencia continua entre las obras. En cualquier museo, según yo, puede existir hasta la comunicación entre las exposiciones como un trabajo en equipo. Sinergia es la palabra. Pienso que sería interesante invertir en el diseño de más de una habitación aparte, para que estas obras tengan espacio para una expresión adecuada y libre. Estas obras requieren de más observación, detención o mirarlas incluso dos o más veces. Sin desmerecer por ningún motivo lo que entregan las obras de Baburizza en el presente, sólo creo que es otro el lenguaje que tiene este movimiento y lo he visto antes y me ha sucedido que necesito ver una obra más de una vez para entenderla más. De todas maneras, nos descubren este tipo de obras porque cambian abruptamente nuestro sentir al verlas y luego al observarlas con detalle. Es como si nos hablaran en palabras que conocemos, pero debemos prestar mucho oído para escuchar bien lo que nos quieren decir y no hay otra manera de hacerlo.

      Eva Riquelme Varela

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  22. Una de las frases que más me ha llamado la atención y ha guiado mi comentario, es que “los museos dan vida”, considerando esto, es un poco vergonzoso admitir que nunca había visitado el museo de bellas artes de Valparaíso, en gran parte, por mi desconocimiento y entendimiento de las obras de arte que ahí se exponen. Es por lo anterior, que tener la oportunidad de visitar un lugar así, con alguien que me explicara la historia, los movimientos y técnicas detrás de las obras, ha sido sumamente enriquecedor, ya que me ha permitido comprender ciertas obras, y darle una interpretación que por mí misma jamás hubiera tenido la oportunidad de hacer.

    Palacio y colección europea.

    Al comenzar el recorrido lo primero que me llamo la atención, es lo imponente de su infraestructura, desde los pilares en su entrada, sirviendo como dos centinelas que protegen una de las colecciones de arte más prestigiosas de la ciudad, hasta sus colores y detalles metálicos, que hacen notar una personalidad única, marcada por la historia e inmigración propia de la ciudad. Ya una vez dentro del palacio, se notan nuevos detalles propios del palacio, como sus detalles en madera tallada, su piso conservado, un ascensor que cuenta la historia de un yugoslavo con tuberculosis, o las rejas por doquier, que buscaban proteger a un hombre solo, pero también se han vuelto parte de los detalles que se aprecian, dado sus tantos diseños, además las renovaciones realizadas por don Pascual Baburizza como la chimenea de mármol italiano con detalles en bronce, que está enmarcada por un gobelino hecho a mano en Francia, la cual forma parte del comedor de don Pascual, a pesar de haber sido una terraza originalmente.
    Todo lo anterior, refleja un arduo trabajo de conservación, pero también de la preocupación de mantener la belleza de la historia, la cual también está marcada por las obras que adornan sus paredes en el primer piso, las cuales conforman la colección europea del palacio, esta es el legado artístico que dejo don Pascual Baburizza a la ciudad y es un reflejo de que a pesar de no tener grandes conocimientos de arte, don Pascual supo apreciar la belleza de las obras, formando una colección que es representativa de los diferentes movimientos artísticos que se vivían en Europa en esa época, y tiene obras tan destacadas y que llamaron tanto mi atención, como “Cogiendo Moras” de Eugenio Hermoso, la cual da la sensación de perseguirte con la mirada de las niñas plasmadas en el cuadro, “La pescadora” de Francisco Miralles y Gallup, la cual es un reflejo del movimiento costumbrista, “Nieve” de Ivan Fedorovitch Choultsé, la cual logra la técnica de pintura fluorescente, o “Regreso de los pescadores” de Louis Gabriel Eugene Isabey, la cual es un reflejo del romanticismo, movimiento en el cual permite casi observar la escena de una obra de teatro en la obra, pero una de las que más capto mi atención fue “Góndola Veneciana”, la cual es una representación del impresionismo, y a pesar de que habíamos hablado de este movimiento en clases, no fue hasta ese momento en que entendí la importancia de la técnica, y como trazos más cortos pueden lograr que la distancia cambie la observación que se le da a la obra.
    Al terminar esta colección, se logra entender el efecto de la época en los artistas, y cómo un artista logra representar la belleza de lo cotidiano de formas tan diferentes y que los distintos movimientos les dan las técnicas para dar versatilidad a sus estilos.

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  23. Segundo piso y colección nacional.

    Al subir las escaleras, se hace acompañados del cuadro “Terneros en la Nieve” de Rafael Correa, el cual marco para mí el cambio de colección, ya que, a pesar de su gran tamaño, es un reflejo de un paisaje nacional, lo cual al igual que de ciertas costumbres, fue el mayor reflejo de esta colección.
    También en la escalera se encontraba otro cuadro que llamó mi atención, que es “La juventud tentada por lo vicios” de Alfredo Valenzuela Palma, ya que no solo es totalmente diferente a lo visto en el primer piso, porque refleja la figura humana sin el pudor clásico de la época, pero además al observarlo, no pude evitar pensar en la historia de narciso, ya que la figura central observa su reflejo en la copa al igual que narciso quedo enamorado de su reflejo en el agua, haciéndolo uno de los cuadros más poéticos que encontré en la colección.
    Por otro lado, al continuar el recorrido me encontré con diversos paisajes de Valparaíso, en que destacaban la diferencia de ciertos paisajes a los actuales, dado el paso del tiempo, entre estas obras las que más destaco son “Antiguo muelle de Valparaíso (Muelle Prat)” y “Paseo Atkinson”, en donde se ven reflejados otros tiempos de la ciudad, marcados por los inmigrantes europeos y la riqueza de la ciudad antiguamente.
    Finalmente, el cuadro y autor que más capto mi interés en la colección nacional fue “Los Patipelados” de Jim Mendoza Mc-Ray, ya que no solo es un reflejo del costumbrismo típico de la ciudad, pero utiliza materiales tales como un saco y no la tela típica de los cuadros, lo cual refleja no solo la creatividad del autor, pero también la falta de recursos. Además, es un reflejo típico de un grupo de “borrachines” de la ciudad, por lo que fue la obra en que más reflejo de la ciudad encontré, además la historia del autor, siendo este no un artista por querer, pero por necesidad, logro cautivar mi total atención, porque es un reflejo de tantas historias en que se termina haciendo cosas inesperadas y no lo que necesariamente nos gusta.
    
Bienal Internacional de Arte de Valparaíso

    Esta antigua instancia, contribuyo positivamente a la colección del palacio, ya que permitió incluir obras de estilos más contemporáneos, entregando reflejos de nuevas técnicas y temáticas a la colección, la cual, con instancias como esta, siempre está en aumento y en enriquecimiento.

    Finalmente, como conclusión me gustaría decir que los museos si dan vida, ya que permiten encontrar el reflejo de movimientos de tantas épocas, permiten apreciar obras locales e internacionales, y logran hacer entender que apreciar el arte entrega una experiencia inigualable.
    Es por lo anterior, que el Palacio Baburizza me entrego una experiencia única, donde pude apreciar técnicas, aprender de grandes exponentes chilenos y pude ver la belleza no solo en los cuadros, pero también en una casa, que es el reflejo de la historia de parte de Valparaíso. Comprobando así que Valparaíso esconde tanta belleza en sus rincones, y que a veces preferimos apreciar museos o recorridos en otras ciudades o países, sin antes aprender y conocer más de lo que esconde nuestro propio origen.

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  24. Toda una vida caminando por las calles y cerros de Valparaíso, y nunca me había dado el tiempo de apreciar este tipo de lugares. Llama mucho la atención que una gran casa antigua, que pareciera solo parte del paisaje cultural y bohemio de esta ciudad, es uno de los museos más grandes e importantes de Valparaíso.
    El museo está ambientado y decorado con un estilo único, que fue algo que me llamó mucho la atención. Ese estilo de casa antigua, que aún conserva el piso, los pasillos y ventanas, tan distintos a los museos más clásicos. Tuve la suerte de visitar los museos más importantes del mundo, como el Louvre, Musei Vaticani y Galleria degli Uffizi, con estilos majestuosos, adornos y grandes salones, y en lo personal, me llamó mucho la atención la forma en como el Museo Baburizza logra cautivar y atrapar con la simpleza de una casa antigua. La historia y contexto de la creación del museo también son interesantes, el ser entregada después de la muerte del dueño (Zanelli) y su posterior adquisición Pascual Baburizza. Pascual se dedicaba simplemente a comprar obras, sin tener un gran conocimiento sobre temas de arte. Sin embargo, tuvo una tendencia (quizás sin darse cuenta) al impresionismo, el cual se caracteriza por el uso de manchas y juegos con la iluminación y sobras, los cuales dan un efecto distinto según la distancia en que se admira la obra. Gran cantidad de la colección tienen estas características, lo cual cautiva a la hora de notar las diferencias al mirar detenidamente las pinturas. Se nota el gusto también por lo cotidiano y naturaleza, por la gran cantidad de obras de naturaleza y personas haciendo cosas del día a día. La obra que más llamó mi atención fue “Nieve” de Ivan Federovich, la cual impacta muchísimo debido a su luminosidad y colores, además de la ambigüedad de notar las tonalidades del blanco (que fue el color que menos se usó en esta obra). Esta obra es una muestra clara la variedad de efectos que se pueden lograr con el juego de sombras y luminosidad de los colores.

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    1. Con respecto a las obras chilenas, me llamó mucho la atención la cantidad de pinturas sobre Valparaíso y sus múltiples lugares, vida y personas. Las obras sobre las costas antiguas de la ciudad (que antes llegaban hasta la Plaza Sotomayor), las vistas desde los cerros hacia el antiguo puerto, las calles y la vida cotidiana de la gente de épocas pasadas. Esta oda a la memoria porteña muestra la vida en una época totalmente distinta, con la llegada de una gran cantidad de extranjeros, empresarios de la época y trabajadores, en un Valparaíso que tenía mucho que ofrecer, y que crecía constantemente demostrando ser el puerto principal. La obra que más me llamó la atención fue “La juventud tentada por los vicios” de Alfredo Valenzuela, que demuestra justamente la vista ciega que la juventud hace a la vida por enfocarse en sus intereses personales (la persona de la pintura camina mirándose en un reflejo, sin fijarse que va caminando hacia un precipicio). Otra de las obras que me impresionó fue “El capitán dinamita” de Juan Francisco González, que representa a los soldados luego de la guerra. Esta pintura muestra la realidad del héroe chileno, no el típico triunfante e intacto, si no el real, que se sacrificó por el país y sufrió las consecuencias. Me llama la atención la valentía y convicción del autor de esta obra para ilustrar al héroe chileno de esta forma en esa época tan conservadora. Sin duda algo que considero admirable.
      El Bienal histórico es la muestra clara de adaptación que está teniendo el museo hacia los tiempos más modernos. Aquí se muestran conceptos más abstractos, dándole un toque distinto e innovador al museo, con otros tipos de obras, fuera del estilo más clásico, naturalista y cotidiano que tienen el resto de las obras. Merece la pena apreciar el contraste y la variedad que le otorga al museo.
      A modo de conclusión, agradezco la oportunidad de haber visitado el museo, que tantas veces que pasaba por fuera y pensaba que algún día debía visitarlo, por fin lo hice. Encuentro necesario que nos demos más tiempos de visitar nuestros entornos artísticos, ya que vivimos acostumbrados a hacer todo rápido, sin descansar. Es necesario detenernos y apreciar este arte que tenemos a nuestro alcance, hay mucho de qué impresionarse en estos lugares, y mucho que descubrir sobre nuestra ciudad.

      Pablo Villarroel Carrasco

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  25. El presente artículo presentará desde el punto de vista personal las apreciaciones e informaciones recaudadas durante la visita al Museo del Palacio Baburizza realizada el pasado viernes 3 de Mayo del año 2019.


    Contexto del surgimiento del Palacio

    Se cuenta que el palacio fue mandado a construir por Don Ottorino Zanelli, quien luego de acumular riquezas a partir de encargarse del abastecimiento de las pulperías de las salitreras, compra una salitrera junto a sus hermanos, quedando una gran fortuna para él.
    En 1914, Zanelli decide comprar un terreno en Cerro Alegre de Valparaíso, el cual le pide a los arquitectos Barison y Schiavon que construyeran su casa; dándole el estilo europeo que estaba en auge en ese entonces, con un estilo modernista de la corriente austriaca.
    Lamentablemente Ottorino fallece meses antes de la entrega de su palacio terminado, quedando sin poder disfrutar de su lujosa casa; pasando en el año 1925 a manos del empresario yugoslavo Pascual Baburizza.

    Pascual Baburizza

    Baburizza fue un empresario croata, que, similar a Ottorino, su riqueza aumenta en un contexto de las salitreras del norte de Chile. Estuvo a cargo de muchas instituciones además de la fundación del Parque el Salitre (que hoy se conoce como el Jardín Botánico de Viña del Mar).
    La adquisición del palacio de cerro Alegre, trae consigo una serie de modificaciones arquitectónicas y decorativas. Se cuenta durante la visita, que Baburizza cerró lo que antes era una terraza, en la parte posterior al palacio construyó una casa para su sobrino y la familia de éste, además del cambio en la fachada del interior de éste.
    Si bien durante 1925 adquiere el palacio Baburizza, durante 1927 regresa a Europa, trayendo a la vuelta una colección impresionante de cuadros, que como nos decía la guía turística, “Don Pascual compró cuadros sin saber de arte”, lo que significó un popurrí de estilos, autores y tipos de paisajes.

    La colección del palacio

    Se pudo observar que en el interior del palacio había una gran cantidad de cuadros, los cuales una porción era de la colección personal de Pascual Baburizza y lo demás eran piezas donadas al Museo de artistas tanto latinoamericanos como europeos , donde en una primera instancia predominó el estilo Impresionista.
    Este estilo tiene la característica de, al observar de cerca el cuadro, no se logra distinguir más que manchas sin sentido; sin embargo, al alejarse del cuadro se puede notar la forma con bastante detalle. Cuadros cómo <> de Roseau o <> de Matjasi, muestran esta cualidad, no obstante el primer mencionado es un cuadro pintado en un contexto europeo, mientras que el segundo es uno pintado en Valparaíso.

    El interior del palacio

    Si bien, la colección fue muy interesante para analizar, existió algo que personalmente me llamó la atención en mayor medida: la decoración del interior del lugar, principalmente el trabajo en madera y hierro, que se caracteriza por ondas en espiral, que, según mi apreciación, era algo muy distinto al arte de los cuadros, llegando a asemejarse al Triskel del simbolismo celta.
    Investigando un poco más acerca del tema, pude observar que efectivamente existió una inspiración modernista para estos puntos: se dice que fue inspirado en artistas como Gustav Klimt y Franz Von Stuck: cuyo estilo era el modernista. Klimt expresaba sus simbolismo a través del ideario desnudo femenino, mientras que Von Stuck se inspiraba en el dibujo y caricatura en un ámbito mitológico e incluso en algún momento fue maestro de artistas como Paul Klee, Wassily Kandinsky y Josef Albers: los que posteriormente se asocian a la Bauhaus, pasando mi visión del palacio al de un palacio típico a uno que posiblemente pudo ser inspirado en los estilos de los maestros que realizaron en una primera instancia en la Bauhaus y posiblemente fueron fundamentales para su conformación.

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  26. Para el desarrollo de este post, destaco en primera instancia lo que fue la llegada al Museo, que realizamos través del ascensor “El Peral”, recorrido que no había realizado anteriormente. Impresiona lo vertical que se torna el cerro a medida que el ascensor va avanzando, en el trayecto se pueden disfrutar los paisajes característicos del puerto, haciéndose más sorprendentes a medida que ascendemos. Ya arriba, la vista está en todo su esplendor, combinando perfecto con el paseo Yuguslavo y la entrada del Palacio Baburizza. Ingresando a las dependencias del palacio se encuentra un pequeño antejardín con una pileta, que viene a acompañar la fachada al más puro estilo colonial italiano de quienes la crearon. Con más de 3 pisos, el Museo nos proporcionó una amplia gama de pinturas, esculturas, espacios y principalmente detalles en todos sus alrededores.
    Nuestra visita fue guiada, y en ella nos presentaron los salones y la disposición de las obras. Además de orientarnos y explicarnos como fue la adquisión del Palacio por parte del empresario Pascual Baburizza, su vida dentro de él y la posterior donación a la Municipalidad de Valparaíso con el propósito de transformarlo en la Escuela de Bellas Artes de Valparaíso en 1941.
    Parte de las características que nombró la guía, a cerca de la personalidad del empresario era de ser una persona más bien solitaria, nunca se casó ni tuvo hijos, por lo que su casa era parte importante de su vida, puesto que pasaba gran parte de ella ahí. El gusto del propietario es claro, obras principalmente de carácter europeo fueron las que se podían apreciar en el primer piso, destaca en el centro del salón la mesa de Luis “XVI”, con un gran medallón central en donde se aprecia a María Antonieta y las damas de la corte a su alrededor, ostentosa y tallada a mano, un adorno con relieves increíbles, finalizadas y esmaltadas en placas de porcelana. Alrededor de ella, se encuentra la colección de cuadros, con marcos magníficamente tallados de color dorado, con variados estilos; costumbrismo, realismo, impresionismo destacan en la colección. Uno de los cuadros que impresiona a simple vista es “Nieve” de Iván Fedorovitch Choultsé, un cuadro en el que la técnica del artista le da una característica especial, puesto que puedes ver el amanecer y el atardecer en un mismo cuadro, sorprende cuando la guía apaga la luz que acompaña el atardecer y de un instante a otro apreciamos otro momento del día. El contraste es claro en cuanto a las obras descritas, ya que por un lado se refleja un simple paisaje y por otro una mesa lujosa, mostrando la polaridad en cuanto al gusto del empresario se trata, sin dejar ningún detalle al debe.

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    1. Ya en el segundo piso, pudimos apreciar la colección nacional. En este lugar, el primer cuadro que impacta a la vista es “Terneros en la nieve”, del pintor del campo chileno Rafael Correa, esta pintura de grandes dimensiones fue la que más me llamo la atención en el segundo piso. En primer lugar, una pintura realmente hermosa, plasmando a los animales en su cotidianeidad, al más puro estilo costumbrista, muestra que desde lo simple se generan grandes obras. Caminando por los pasillos del lugar, se observan otras obras retratando paisajes, postales y cultura del antiguo Valparaíso. El cuadro “Antiguo muelle de Valparaíso” de Thomas Jacques Samerscales, no solo impacta por su calidad en cuanto a la definición de las estructuras en la pintura, sino que además informa sobre una condición geográfica del antiguo Valparaíso, la cual no sabía.

      Con respecto a las obras obtenidas en el Bienal Nacional, me parece bastante atractiva la combinación de las obras contemporáneas adquiridas y las obras de carácter nacional y europeo. La incorporación de las obras entre los años 60 a 90, entregan frescura al espacio, que en una primera instancia resulta poco congruente con lo que está alrededor y bastantes disruptivas, pienso que estas características le entregan una mayor personalidad al Museo, y considero que son aporte al espacio.

      En conclusión desde mi perspectiva, la visita resultó ser bastante interesante y enriquecedora, por como describí en mi relato quede maravillada desde el recorrido que realice desde el ascensor hasta el tercer piso del Palacio. El nivel de detallismo en el edificio es destacable y combina perfecto con cada una de las obras del lugar. Y es por todo esto, que considero preciso destacar que la historia es parte importante de nuestro legado, y valorar este tipo de patrimonio, no siempre lo he realizado, por lo que esta salida me mostró lo importante de preservar, visitar, valorar e informarse sobre este tipo de lugares, y así valorar realmente valorar el arte.

      Sofía Manríquez Rojas

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  27. Pablo Torrealba González

    A pesar de no ser primera vez que visito el palacio, las veces anteriores habían sido con un fin específico, visitar una muestra en particular, la performance que se entrega es totalmente diferente. Pude visualizar cosas que en otras ocasiones pasadas había pasado por alto, principalmente con la estructuración y decoración del lugar como los detalles en los techos, la hermosa chimenea y el piso, y mezclar todo aquello con las obras ubicadas, que se catalogan en dos grandes colecciones; la colección propia de don Pascual, que se caracteriza por tener obras de diversa índole principalmente europeas, y la rica colección de artistas nacionales.
    La primera etapa del recorrido, permite ofrecer un concepto maravilloso pues brinda una gran cantidad de obras de una variedad de técnicas, estilos y conceptos, todas ellas montadas en perfecta concordancia con lo que ofrece el palacio, entregando una excelente propuesta y transmitiendo la perspectiva del propietario sobre el arte en un lugar cuidadosamente restaurado, pero siguiendo los lineamientos generales tradicionales de su creación. La colección de don Pascual resalta por tener obras sumamente llamativas como por ejemplo lo es “Nieve” de Choultsé, los paisajes rurales presentados por Veyrassat o Rouseau que marcan mi visión del recorrido cada vez que lo realizo, y una gran cantidad de obras, además de otras imperdibles como “Cogiendo Moras de Eugenio Hermoso” o las obras impresionistas que no son más que el reflejo del gusto de don Pascual por el arte.

    A pesar de que la primera etapa es sumamente impactante por su gran cantidad y heterogeneidad de obras, a mi modo de ver, la colección nacional y las obras que referencian a la región entregan un gran valor para quienes habitamos dichos lugares, ya sean las obras que retratan la vida en la ciudad de Valparaíso, referenciando clásicos lugares como el Muelle Prat, el Paseo Atkinson, la Avenida Argentina e incluso el Derby de la ciudad de Viña del mar que presentan la visión de artistas extranjeros y nacionales de típicos lugares de la zona, en distintos momentos de la historia, trasladándonos a dicho lugar y volviendo a establecer dichos recuerdos cada vez que se visitan. El concepto de la región en mí tiene su punto máximo en la obra “Valle de Aconcagua” de Somerscales que traslada a un lugar hermoso, una nostálgica cuenca de un río sin construcciones a su alrededor. El concepto de la ciudad se ve complementado (o viceversa según la apreciación que se tenga) con una gran colección de los más importantes artistas nacionales que refleja por una parte una gran labor por parte de la institución a la hora de juntar dichas obras de altísima calidad y valor en un mismo lugar, y por otra parte por representar la tradición artística de la ciudad fomentada a través de los Bienales, no tengo la certeza de si dichas obras se encuentran separadas o demarcadas, pero sería interesante investigar más al fondo, para realizar una visita desde otra perspectiva como lo es recorrer el museo en función de los distintas especies de plantas presentes en las obras.

    Finalizando me gustaría mencionar que otra perspectiva apunta a ver obras de artistas, en lo personal “La Herrería” y “Capitán Dinamita” son maravillosos, el primero ofreciendo un estilo bastante particular del autor, pero no por ello menos llamativo, y el segundo plasmando de una manera ideal lo que quiso transmitir en una situación particular. La amplitud y riqueza de las colecciones permite que personas visiten el museo con un objetivo de visualizar obras de un solo autor (principalmente Valenzuela Puelma, González y Lira) y no irse con la decepción, pues la riqueza es tal que se puede valorar la pintura chilena en un gran esplendor, agradeciendo a los artistas y propietarios que donaron sus obras por dicha oportunidad.

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  28. Siempre me ha gustado mucho conocer sobre mi ciudad Valparaíso y recorrer sus lugares históricos que tanto lo caracterizan. En otras dos ocasiones había visitado el Palacio Baburizza, con la intención de conocer esta hermosa obra arquitectónica, pero nunca había asistido con en esta salida a terreno fue una visita más enriquecida, ya que nunca había asistido con visita guiada. El contar con una guía hizo que la experiencia fuera más enriquecedora, a diferencia de las otras oportunidades, en esta logré apreciar la colección Europea de Pascual Baburizza que eran muy exclusivas de la época, reconociendo los diferentes movimientos artísticos presentes en cada una de las obras. Personalmente las obras que obtuvieron mi atención fueron el movimiento artístico que más presto mi atención pero también por su mayor presencia, es el Impresionismo. La obra “Santa Maria de la Salute” de Felix Ziem es un claro ejemplo de este movimiento, en donde observando desde lejos se pueden apreciar detalles dentro de la obra como lo que se transporta en la balsa, en cambio al acercarse se pierden tales detalles sin poder distinguir muy bien partes de la obra. En cuanto al edificio me parece una estructura arquitectónica asombrosa, más de 2000 metros cuadrados, con alrededor de 25 habitaciones sólo para Pascual Baburizza. Este gran Palacio me hizo sentir dentro de la época y conocer la arquitectura de aquellos tiempos, sus grandes detalles y decoraciones, como también la cantidad de habitaciones que tenían en su construcción mármol blanco, verde o rosa, lo cual era muy costoso, como todo el piso de parqué. A pesar de ser una construcción de hace muchos años llama la atención que habían muchas instalaciones de funcionamiento moderno, como por ejemplo la ducha del Palacio la cual contaba con gas a caldera y un sistema de regadera único no muy distintos a los que hay hoy en día, como también la chimenea del sobrino de Pascual Baburizza, que tiene como fuente el gas natural, lo cual se aprecia hoy en día. De la colección Europea la obra que más me gustó fue “Nieve” de Ivan Fedorovitch Choultsé, por su efecto especial de poder dar la impresión de amanecer y atardecer, el uso perfecto de la paleta de colores dando una idea de blanco, pero realmente sin la utilización de blanco. En cuanto a la Colección Chilena, da la oportunidad de conocer como era antiguamente la zona y todos los cambios que se han hecho en la ciudad de Valparaíso, de cómo ha ido evolucionando, un ejemplo de esto recae en la obra “El Paseo Atkinson” de Alfredo Helsby es una de las obras que destacaría por poder apreciar cómo era antiguamente aquel paseo que hoy es una de las principales postales de Valparaíso como también una de las zonas más recorridas, pero también un gran detalle que llamo mi atención fue la iluminación con la que contaba este paseo que era generada directamente a gas, lo cual era una sistema muy moderno y costoso para la época, reflejando la buena economía que se presentaba en la ciudad por toda su actividad portuaria. Por último, la obra que más destaco es “ La Juventud tentada por los vicios” de Alfredo Valenzuela Puelma, su interpretación es totalmente enriquecedora, observar los vicios que se presentan en los jóvenes como la vanidad, lujuria, ludopatía, entre otros, que sólo llevan al joven a caer en un precipicio, es decir, ser dominado por los vicios. Finalmente, sólo destacar tal actividad por la oportunidad de acercarnos tanto al arte y cultura, principalmente de Valparaíso, poder apreciar grandes obras de Europa como nacionales, y conocer parte de la historia de Pascual Baburizza como de su Palacio.

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  29. Hace tiempo quería hacer ingreso al Palacio, y hacerlo en visita guiada es algo genial pues uno tiene una mejor experiencia en dónde van explicando la historia de los dueños por los que ha pasado y de las pinturas, su significado y algunos trucos de algunas. La colección compuesta por grandes obras de tanto europeas y algunas esculturas sumado a la experticia de la guía hace que uno como espectador pueda reconocer de mejor manera los distintos movimiento artísticos que se plasman en cada una de las obras
    Dentro de los movimientos artísticos que más destacaban son el impresionismo y el romanticismo,
    Dentro de las obras de chilenos, en las cuales predomina el impresionismo, funa de las que destaco es “La juventud tentada por los vicios” de Alfredo Valenzuela Puelma (1856-1909), la cual uno interpretaba una cosa, y la mayoría del curso también, pero que al contarnos la guía el real significado de que se iba a caer a un precipicio que era cegado por los vicios todos quedamos anonadados pues no nos habíamos percatado de aquel detalle. Otra obra que puedo destacar es “Patipelados” en el cual se interpretan a los hombres cansados de tanto trabajar que fueron a un bar y tomaron de más.
    Otra obra que me llama mucho la atención, pero es de la colección europea es “Nieve” con su efecto de luz de amanecer y atardecer, y lo impresionante de saber que lo que menos se utiliza en esta obra es el color blanco para retratar la nieve.
    Sobre la adquisición con arte contemporáneo, el adquirir nuevas obras es sin duda un gran aporte al museo Palacio Baburizza, en especial para los espectadores de todo el museo que osan visitar este gran museo. De esta manera se hace posible ver tanto movimientos del romanticismo, impresionismos y finalmente contemporáneo. El Bienal Internacional de Arte de Valparaíso se hace muy importante para mi, siendo algo enriquecedor del arte nacional sobre el cual se logra conocer más de la historia de Valparaíso y como ha ido mutando con el tiempo.

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  30. Andrés Ramírez Pinilla

    La visita al palacio Baburizza nos permite apreciar como el arte puede verse reflejado no solo en las pinturas, sino en la arquitectura y el diseño del mismo palacio. El palacio data del año 1916 diseñado por arquitectos italianos a pedido de la familia Zanelli, con un estilo de modernismo de finales del s XIX y principios del s XX que incorporando novedades incluidas gracias a la revolución industrial como son el uso del acero y el vidrio; además de incorporar en el diseño de elementos decorativos como son las manillas, vidriería (con el traga luz localizado en la escalera hacia el segundo piso) y la escalera que estaba situada en el antiguo acceso al palacio. Pero no solo en el interior se podrían apreciar estos detalles, al exterior del edificio, el techo del palacio de un distintivo color verde producto de la oxidación del cobre usado, presenta curvas, ornamentos, ventanas que aparecen interrumpiendo la gradiente y sumado al patrón de tablero de ajedrez son característicos del estilo. Por eso resulta un poco contradictorio que la colección (principalmente en la primera planta) resulte ser casi completamente de un estilo impresionista, con representaciones tanto de la región de Valparaíso (“Paseo Atkinson” de Alfredo Helsby, “el muelle Prat” de Thomas Somerscales, etc.) como de otros sectores del mundo (“Santa María de la Salute” de Feliz Francois Georges Philibert Ziem, “En la playa de Trouville” de Eugene Louis Boundin, etc.). Esta discordancia, si es que se le puede decir así, solo sale a la luz después de que la guía lo mencionase, ya que para el ojo no experto y mundano no representa disparidad alguna.

    Dentro de la colección que posee el museo se encuentran varias pinturas de representantes chilenos. Una pintura, destacada por su dificultad y técnica para ser realizada es el autorretrato de Manuel Thompson, que se pinta a sí mismo de espalda, girando la cabeza, viendo su reflejo en algún espejo y con un pincel en la mano. Otra pintura que vale mencionar es la del “El capitán dinamita” de Juan Francisco Gonzales, en la cual el autor representa a un soldado de la guerra del pacifico, el cual presenta mutilaciones y heridas causadas por las múltiples batallas en las cual fue parte; esta pintura resalta por su contraposición al héroe de guerra los cuales son apreciados y alabados tanto en pinturas como esculturas en todas partes del mundo, en este caso el fin es totalmente es distinto, es una muestra de las consecuencias de la guerra para el soldado común quién con un aire cabizbajo parece cuestionarse su futuro después de dar todo (incluso extremidades) por la patria. Subir por las escaleras hacia el segundo piso y no percatarse del cuadro de Rafael Correa Muñoz “Terneros en la nieve” es estar ciego. En primer lugar, por lo gigantesco del cuadro, con casi 4 metros de ancho y un poco mas de 2 de alto representa el primer foco de atención al subir la escalera. En segundo lugar, la escena en sí llama mucho la atención, un niño en alguna localidad hacia la cordillera cerca de los andes lleva los terneros hacia algún lugar, en búsqueda de comida tal vez o de algún refugio. El color de la nieve contrasta con alguno de los terneros y el mismo niño/campesino además de alguna vegetación posterior. El cuadro llama al silencio, la soledad y lo dura que es la vida en la montaña. Por último, si bien no es una pintura, también representa el arte chileno, “blindaje para un organismo” de Juan Egenau es una escultura de metal acero, que puede ser vista de varias maneras. Como su nombre los explicita es un blindaje, una armadura de un cuello estirado en las proporciones y sin espacio para mirar o quedar expuesto; además la escultura cuenta con bisagras y remaches junto con la curvatura y el grado de profundidad le dan un aspecto más industrial que medieval.


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    1. El bienal internacional de Arte corresponde a una exposición periódica que se realiza y se ha realizado en varios lugares del mundo (partiendo en venencia, Brasil y las mencionadas veces en Valparaíso), esta exposición tiene dos objetivos, primero dar una muestra del arte que existe fuera del país y que de otra manera seria difícil de apreciar a la población local y en segunda instancia para que artistas locales puedan demostrar y dar a conocimiento internacional sus obras. Las pinturas adquiridas en el bienal de 1985 muestran una colección completamente contraria a la expuesta en el museo, con temáticas completamente distintas, preocupaciones de los autores distintas, tiempos distintos, etc. Si bien puede no encajar con la colección del empresario yugoslavo Pascual Baburizza, hace mucho tiempo que dejo de ser el domicilio de una persona particular, sino que ahora es el museo de bellas artes de Valparaíso, y querer enfóquese en solo un tipo de arte es un sin sentido dado el sentido que tiene ahora el edificio.

      En conclusión, el museo cuenta con una rica variedad de piezas de artes de tanto autores nacionales como internacionales, el recorrido de aprecia mucho mejor con un guía o con algún conocedor de las obras, de su historia y de lo que representan. Es una excursión recomendada no solo por las obras que contiene, sino por lo que representa para Valparaíso y su historia como puerto principal en donde la llegada de extranjeros provenientes de todas las latitudes cambió para siempre el concepto y el panorama de la ciudad puerto.

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  31. A pesar de ser nacido y criado en la región de Valparaíso nunca había estado en el interior del Museo Baburizza, incluso más de alguna vez pasé por fuera deseando entrar solo por curiosidad, y saber más de su historia, su dueño y su constitución. Por esto la visita guiada fue tremendamente gratificante para mí, ya que pude conocer el Palacio en todo su esplendor, apreciar su arquitectura, su historia y sus obras y, gracias al curso, con un poco más de conocimiento sobre técnicas de pintura que me ayudaron a comprender las obras presentes. El guión que cuenta el guía una vez entramos al interior del palacio además generó un ambiente rico en historia, momentos y memorias que vuelven a surgir y llenaron a quienes las escuchamos.

    En relación a la arquitectura y la colección de obras dentro del lugar creo que existe una correlación bien fuerte, y que están alineadas al gusto del propietario en todo su esplendor. En este contexto, y ubicándonos en el contexto histórico de su constitución, el Palacio se destaca por la enorme cantidad de detalles que podemos identificar, además del buen cuidado que posee el jardín que te recibe y los distintos salones que componen el inmueble. Según mi opinión, siempre se consideró construir un lugar acorde con lo que Valparaíso transmite, con una arquitectura basada en los detalles y espacios grandes, y muy propia de la aristocracia europea de ese tiempo, adecuándose a sus alrededores y mimetizándose con el lugar. Mientras que la colección es muy particular en su concepción, ya que incluye obras impresionistas la cual fue el comienzo de una tendencia en el tiempo en que don Pascual las adquirió, siendo catalogado como un visionario por este y otros motivos. Por otro lado, al incluir obras que reflejan el Valparaíso de la época podemos dar cuenta de una verdadera expresión de la historia local, ya que es una radiografía de lo que fue la gente que habitaba Valparaíso, sus paisajes desde el plan y los barrios de sus cerros.

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    1. En base a las obras que encontramos en el Museo como tal, y situándonos posterior a la adquisición del Palacio por la Municipalidad de Valparaíso, aquellas que más llaman la atención, al menos en lo personal, son "Puerto de Valparaíso" de Juan Mauricio Rugendas, "el paseo Atkinson" de Alfredo Helsby y "La juventud tentada por los vicios" de Alfredo Valenzuela Puelma. La primera llama la atención principalmente el hecho de que entrega otra mirada del puerto de Valparaíso, visto desde el mar, la segunda describe de manera muy natural el vivir y convivir de los vecinos de lo que hoy se conoce como Paseo Atkinson de 1896, mientras que la última mencionada es destacable por la técnica que se utilizó, logrando a cabalidad la demostración de las expresiones, los vicios y el egocentrismo que consideraba predominaba en la juventud. Otra obra que destaco es "Antiguo muelle de Valparaíso (Muelle Prat)" de Thomas Jacques Somerscales, donde predomina el costumbrismo en la obra y genera la impresión de que el artista quiso expresar la cotidianidad de la época.

      Respecto a las obras adquiridas por el Bienal Internacional de Arte de Valparaíso, y a la propia adquisición y exposición de estas obras de arte contemporáneo, opino que es enriquecedor para aquella persona que conoce el museo saber de la existencia de este tipo de obras, al mismo tiempo poder contrastar las técnicas, historias que desean contar, costumbres de la época, intereses, entre otras cosas que trasmiten las obras, pero considero, según mi opinión, se mantengan en un lugar donde se puedan apreciar en su conjunto como una colección "sin contaminar" lo que ya se expone fuertemente como un "todo integrado", de modo que no se pierda la esencia que brinda la visita al Museo y su paseo por la historia, donde las obras tienen cierta relación y aún existen elementos que las conectan, ya sea por la época en que fueron realizadas, técnicas, historias, lo que desean expresar, entre otros. En este contexto me ataño a la frase "más es menos", ya que las obras expuestas en el Catálogo de la Bienal de 1985 persiguen, según mi consideración, una dirección distinta a las obras vistas en la visita.

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  32. La visita al Palacio Baburizza fue una muy grata experiencia, ya que siempre he tenido un gusto por la historia y el arte, es interesante ver cómo ciertas obras representas parte de la historia. A la entrada de el palacio me impresionó la influencia europea que tenía, debido a cómo explicó la guía Valparaíso era puerto principal y llegaba mucha gente desde el continente europeo. El interior me llamó mucho la atención lo lujurioso que era, amplios salones, un baño de mármol con la ducha que arrojaba más de un chorro de agua que servían para masajes y cosas así, el salón más interesante fue uno que tenía una cúpula de cristal, además me gustaría destacar lo bien conservado que está el lugar a pesar de las restauraciones, se puede ver claramente cómo era el palacio en aquella época, con el mantenimiento del techo pisos, etc.

    Refiriéndome a las obras, una de las que más me llamó la atención fue “Nieve” de Ivan Fedorovitch Choultsé, me gustó mucho la técnica realista que ocupó el artista, donde el efecto de apagar y prender la luz daba la impresión de un distinto momento del día atardecer y amanecer.

    Otra técnica fue el impresionismo, el cual hace el efecto de uno al alejarse de la pintura se puede ver perfectamente lo que hay y cuando uno se acerca lo que se ve son puras manchas que no hacen sentido alguno, es impresionante cómo se puede lograr esto siendo que lo pintan desde cerca e ir calculando cómo se vería desde lejos, pasamos muchas obras así pero la más importante fue “La playa de Trouville “ de Eugene Louis Boudin, que principalmente era una playa en donde se veía gente parada desde lejos y como dije anteriormente al acercarse eran solo manchas.

    Algo que encontré extraordinario fue el gobelino y la chimenea, la verdad no podía entender cómo pudieron ser capaces de montar esa magnífica imagen de si mal no recuerdo la caza de zorros en una tela bordándola (no estoy seguro si era así) y colocándolo en la pared detrás de una chimenea preciosa echa en mármol muy elegante.

    Una obra de un autor chileno que me llamo la atención fue “La juventud tentada por los vicios”, encontré muy acorde la forma que representa este problema que se dio en el pasado y aun ocurre, en donde el significado de la vanidad la muestra de una forma muy ingeniosa el hecho de reflejar al hombre en la copa de licor, y cómo simboliza el que esos vicios generalmente llevan a la caída del ser humano, que lo hace mediante un precipicio que incluso yo no me había dado cuenta hasta la guía lo mencionó, ya que creo que a todos nos llamó la atención los mismo vicios que represento en la obra.

    Me gustó también las obras que representaban cómo era el puerto de Valparaíso en años anteriores, no recuerdo bien los nombres, pero habían de diferentes perspectivas y es impresionante ver el cambio que ha tenido y cómo uno lo ve chico ahora, pero en su momento era unos de los puertos más importantes que permitió mucha influencia europea a la ciudad.

    En base al Bineal Internacional de Arte de Valparaíso, permitió la diversidad de obras dentro del museo, en donde se pudieran apreciar otros artistas y diferentes técnicas a las que ya estaban exhibidas.

    En conclusión, fue una experiencia muy satisfactoria, en la cual se pudo aprender mucho más de la cultura de la ciudad de Valparaíso, la historia que representaban estas obras, aprender más sobre destacados pintores nacionales que uno no tenía noción de que existirán y gracias a la visita haber dejado las ganas de saber más para poder ir de nuevo con más tiempo y poder ver las obras que no se pudieron observar en esta visita.

    Nicolás Figueroa

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  33. Si bien, cuando pequeño tuve la oportunidad de visitar el museo Baburizza, esta experiencia no se compara a la vivida en la salida a terreno, ya que la presencia de la guía permite comprender y apreciar de manera distinta las obras expuestas en el museo, ya que representan el gusto artístico de quien es el dueño de dichos cuadros (Señor Pascual Baburizza). Por lo que mi apreciación no se limitó a cada obra por sí misma, sino que me brindó una mirada más general de las obras como un conjunto. Tanto las obras expuestas como la arquitectura del lugar, dan a conocer los costosos gustos del propietario, con muebles, adornos y accesorios propios de la burguesía europea. En lo que respecta a los gustos del propietario por las pinturas, se destacan el impresionismo y el constante concepto de naturaleza que aparece en ellas, lo que puede ser un reflejo de la pasión que el autor sentía por la naturaleza. Particularmente, me llamó la atención la recurrencia de pinturas que representaban paisajes naturales, ya que como nos informó la guía, Pascual Baburizza sufría de tuberculosis, lo que no le permitía salir de su hogar, por lo que quizás intentaba compensar su falta de vida al aire libre, con la “vista” de paisajes que tenía en su propio hogar.
    En lo que respecta a las obras de autores chilenos, la que más logró captar mi atención es la obra de Juan Francisco González, “El capitán Dinamita”, ya que, además de ser una buena pintura desde el punto de vista “técnico”, la historia que hay detrás de la obra fue la que en definitiva llamó mi atención. Esto se debe a que, según lo mencionado por la guía, ésta obra fue “pedida” para representar a los sobrevivientes de la guerra del pacífico, sin embargo, debido a la crudeza de la imagen, es que la obra no es bien apreciada, ya que refleja los resultados nefastos que tiene la guerra sobre los habitantes de los países que entran en conflicto bélico. Ya que la pintura refleja a un chileno “común y corriente” con extremidades mutiladas, y con una mirada triste y sombría, lo que era contradictorio a la imagen que la autoridad buscaba esparcir, que era la de un ejército de héroes y ganadores. Otras obras que también me llamaron la atención, son las que representan la ciudad de Valparaíso, ya que como son de distintas fechas, esto permite apreciar todo el cambio que se produjo en la ciudad, tanto a nivel físico, como a nivel social. Tal cambio no es menor, ya que la inmigración de extranjeros a nuestro país fomento la diversidad cultural presente, y culminó en la combinación de distintas maneras de ver la vida y de distintas conductas.
    Con respecto al Bienal de Valparaíso, considero que fue una excelente iniciativa, ya que fomenta y crea espacios de desarrollo cultural dentro de la ciudad y de la región. Además de que permite que el museo Baburizza amplíe la cantidad de obras que ofrece, aumentando también la variedad cultural que se ve representada en las pinturas que se exponen dentro del Museo Baburizza.

    José Francisco Catán Vargas

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  34. Desde básica que he caminado y conocido muchos lugares del Valparaíso, pero nunca había tenido la oportunidad ni la motivación de ingresar a un museo, de hecho, había ocupado el ascensor el cual llega el museo, pasé por el paseo yugoslavo y no había contemplado este museo arquitectónico.
    Justo antes de entrar me dijeron que el paseo yugoslavo era parte del museo, lo que despertó mi curiosidad. Se nos expusieron distintas pinturas, pero también distintas estructuras y diseños además de la disposición del espacio y lugares del museo. De mucha ayuda fue que la visita a la exposición fuera guiada, ya no que se nos fueron explicando distintos puntos acerca de cómo esta casa pasó de ser del señor Don Pascual Baburizza, junto con su diario vivir, a ser donada a la municipalidad de Valparaíso.
    Palacio y colección de obras
    Más que las pinturas dispuestas al interior, me llamo mucho más el diseño y arquitectura del palacio, las afueras de este presentaban una fuerte sinergia; con las piletas, las plantas, buena vista hacia al mar, paseo yugoslavo y por último el ascensor.
    Por otro lado, desde adentro se puede vislumbrar el estilo de esa época, y don Pascual a pesar de no tener conocimientos sobre arte logró poner en esencia la burguesía francesa histórica en ese momento, y nos dio una noción a cada espectador de cómo vivía el dueño, uno de los ricachones populares del puerto principal famoso mundialmente. Esto último se refleja en los diseños detallados de los pilares, las chimeneas, sillones y mesas en el interior. La mezcla entre estas cosas daba en conjunto una exposición enriquecedora llena de arte, historia y burguesía, como se ve en la cacería de zorros tallada en mármol por ejemplo. Por el lado de las pinturas, me llamo la atención el juego de colores de la pintura nieve, ya que por efecto de la luz daba la impresión distintos momentos del día y noche combinando con la minimización del uso del color blanco. Otro aspecto a destacar es el impresionismo de la góndola veneciana y la pescadora la cual reflejaba la costumbre social de la época.
    Colección Chilena
    Subiendo al segundo piso del palacio estaba a colección nacional. Me llamo la atención el cuadro "Antiguo muelle de Valparaíso" de Thomas Jaques Samerscales, ya que desde pequeño que vengo a Valparaíso solo a cosas puntuales, no aprovecho de apreciar la vista ni el entorno. La perspectiva antigua de esta obra de las edificaciones bien estructuradas y detalladas en un tiempo retrogrado generan una especie de motivación de poder generar un contraste entre la antigua y nueva (apreciar por mí mismo) vista.
    También captó mi atención la obra " La juventud tentada por los vicios" de Alfredo Valenzuela, especialmente después de la segunda interpretación que nos dio la guía acerca de la vanidad reflejada en la copa. El hecho de que la actitud del humano hacia los vicios reflejado en ese época se pueda representar en el contexto actual creo una atracción especial por esta obra.
    Bienal Internacional de Arte de Valparaíso.
    Al agregar pinturas de estilo mucho más contemporáneos que otra se imprescindible la división de espacio, cosa que en la exposición fue bien lograda al poder armonizar estos dos contextos. Así se produjo un aumento en la variabilidad de la colección y poder conservar el patrimonio culturar y artístico a través de otras trazados y estilos.
    Diego Dotte Larrondo.

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  35. Manuel Sartori

    A modo introductorio me gustaría destacar que nunca había entrado al Museo Baburizza, siendo que desde pequeño con mi familia salimos a caminar por el Paseo Yugoslavo y los alrededores del cerro, viendo muchas veces por fuera la majestuosidad del inmueble. Dicen que los panoramas pendientes te hacen volver a los lugares y sin duda el Palacio Baburizza era un cometido pendiente en el acercamiento a la cultura porteña. Por lo dicho anteriormente es que agradezco la oportunidad que me brindó el curso, en la cual a grandes rasgos pude vislumbrar el cómo se desenvuelve la historia porteña en la pintura, junto a la historia del palacio y su propietario Don Pascual Baburizza.

    Al cruzar las puertas del Palacio pensaba encontrar pintura chilena que haga una apología a Valparaíso, sin embargo, en el primer piso del museo existen muchas pinturas europeas, las cuales muestran el claro predominio del gusto de Don Pascual Baburizza. Claramente fue distinto a lo que pensaba pero sin embargo, las piezas europeas dejan entrever que la apreciación artística de la época estaba enmarcada en el lente óptico europeo, también muy ligado al proceso migratorio que se produjo en los siglos XIX y XX del cual Don Pascual Baburizza también fue parte y que cimentó a Valparaíso como un polo de inmigrantes europeos. Personalmente es que, además de apreciar las pinturas como piezas artísticas geniales, es que las piezas europeas igual muestran una realidad porteña que es pasado y presente, en donde los cánones europeos fueron ajustados y adoptados al vivir porteño. Por otro lado, respecto a la arquitectura del Palacio me gustó mucho que casi todos los espacios tenían vista al mar, impregnado con la esencia de Valparaíso y su actividad portuaria. Lo otro que me llamó la atención es que todo lo que se conoce como Paseo Yugoslavo era el patio de Don Pascual Baburizza (dicho por la guía) y que en el momento de la construcción del ascensor El Peral el propietario donó el patio de su casa para que sea un paso de uso público, dejando la belleza del Palacio a disposición de los porteños, lo cual deja vislumbrar el carácter filántropo de Don Pascual Baburizza. Por último, me gustó lo bien conservado del lugar, lo cual se notó en el detalle de mantener el color rojo de la entrada, el cual fue escogido por Don Pascual Baburizza.
    Ya adentrándonos al segundo piso llamó mucho mi atención el cuadro "La juventud tentada por los vicios" de Alfredo Valenzuela, el cual es magistralmente explicado por la guía, entendiendo a cabalidad lo que quiso interpretar el pintor y produciendo un sentir de admiración y asombro entre todos nosotros. Otro cuadro que llamó mi atención es "El Paseo Atkinson" de Alfredo Helsby, el cual hizo que me transporte en el tiempo y entender cómo se vivía en Valparaíso en los 1900, teniendo el detalle de la torre de madera ilustrada en el cuadro que era una alarma de bomberos. El cuadro "Los Patipelados" de Jim Mendoza (1942) me gustó mucho, donde se ilustra la bohemia porteña entremezclada con el duro trabajo que conlleva el quehacer portuario.
    Finalizando, respecto a las obras contemporáneas adquiridas por la Bienal Internacional de Arte de Valparaíso, me gustó mucho que se da un vuelco al concepto que tenía el Museo hasta ese momento, ampliando el espectro hacía distintas estéticas y contextos. Si bien muchas veces se siente que algunas piezas se escapan del concepto con el que uno se iba quedando en la visita, personalmente me gustó lo rupturista de la propuesta.

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  36. (11 mayo) Valentina Chamizo
    La visita al Museo Baburizza, si bien no fue mi primera vez, fue bastante distinta a la ocasión anterior. Ya que, al ser una visita guiada, descubres la historia de las principales obras y de sus autores, lo que estas quieren representar y los secretos en cada creación.
    Colección privada de Pascual Baburizza
    Aunque don Pascual no era un experto en arte, en su colección nos impresiona con hermosas obras de distintos estilos y temáticas, apreciándose obras de distintos movimientos como el impresionismo, el romanticismo, el costumbrista, el realismo, entre otros.
    Una de las obras que más llamó mi atención fue “Nieve” de Ivan Choultsé. Como la mayoría de los cuadros de la colección de don Pascual fue traída desde Europa y pertenece al movimiento del realismo. Fue pintada con una amplia variedad de colores, pero con poca utilización del color blanco. Sin embargo, llama la atención que este sea el color que más resalta en la pintura. Mas aún, lo más atractivo de esta pintura era el efecto que la luz tenía en ella, ya que, dependiendo de la iluminación a la que era expuesta la obra, parecía representar un atardecer o un amanecer.
    Obras nacionales e historia de Valparaíso
    Al terminar con la colección privada subimos al segundo piso del museo, donde encontramos la obra “Terneros en la nieve”, del pintor chileno Rafael Correa. La pintura pertenece al movimiento costumbrista, y en ella se aprecia a un arriero junto con sus animales en la cordillera de Los Andes.
    En este piso se exhiben también más obras que representan a Chile en distintas épocas y que retratan principalmente a Valparaíso y sus alrededores. Una de ellas es “Paseo Atkinson” de Alfredo Helsby. Esta pintura es una de las más antiguas del museo y representa a uno de los lugares más turísticos en la actualidad de Valparaíso, pero en una época muy distinta; donde podíamos apreciar la llegada de los inmigrantes de distintos países, junto a casas y faroles a gas propios de la arquitectura de esta época.
    También de la mano del autor Thomas Jacques Somerscales se exhibe la obra “Antiguo Muelle Prat”. Esta retrata el atraque de los botes y a la gente que espera por la llegada de sus encargos o de algún familiar. Además, nos muestra como las construcciones de hoy en día han consumido cada vez más el mar, ya que en la obra se puede observar arena donde hoy ya no se ve.
    Junto con apreciar las obras que posee el museo, se distingue el valor arquitectónico que posee y brinda el recinto. La casona donde se encuentra el museo comenzó a construirse en el año 1914 y fue terminada en el año 1916. La construcción fue encargada por don Ottorino Zanelli quien el año de la entrega del palacio falleció. Años más tarde, la viuda de Zanelli vendió la casa a don Pascual Baburizza, un croata que había hecho su fortuna a través del negocio del salitre.
    Baburizza realizo algunas modificaciones en la estructura de la casona. La modificación principal fue en la terraza, donde Pascual mandó a instalar un salón con una chimenea de mármol y un gobelino.
    En la visita me pude dar cuenta que cada sala cuenta una historia del pasado, además de la que cuentan las obras. Cada uno de los cuartos tiene un color y diseños únicos en sus pilares, techos, ventanas y balcones. Pero para mí lo más imponente fueron las chimeneas de mármol, tanto la de mármol blanco como la de mármol rosado, que debieron representar un gran avance para la época ya que funcionaban a gas. Para terminar destaco la hermosa vista de Valparaíso que se aprecia desde las ventanas de la casona.

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  37. Valentina Chamizo (11 mayo) Parte 2
    En conclusión, siento que esta visita fue muy distinta a la ocasión anterior. Si bien en mi primera visita solo disfruté del valor estético de cada pintura, en esta ocasión pude dimensionar el valor histórico implícito en ellas. Además, son la mejor forma de retratar el pasado y de cómo ha cambiado Valparaíso a través de los años. Lo que quiere expresar cada autor con sus pinturas es una visión más, que es completamente aceptable e interesante comprender, pues nos lleva a otra época y otra forma de percibir la vida.
    Dejo la invitación abierta para que asistan a este museo donde se podrán enriquecer con la cultura de esos años plasmado en las pinturas y arquitectura del Palacio Baburizza.

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  38. Eduardo Aránguiz Jara

    El pasado 2 de Mayo tuvimos el agrado de realizar una visita guiada por el Palacio Baburizza de Valparaíso. En más de una oportunidad pude visitar el museo, pero nunca con la compañía de alguien que pudiese informarnos sobre la historia del museo y de Valparaíso. La construcción del palacio Baburizza data del año 1916. Al tiempo es adquirida por Don Pascual Baburizza, quien tras su muerte dona dicho inmueble a la ciudad de Valparaíso. En el año 1972 el palacio se establece como el Museo de Bellas Artes de Valparaíso, el cual 7 años más tarde se declara como monumento nacional.
    Desde el primer momento en que se pone un pie en el museo nos encontramos con una gran cantidad de obras y decoración de origen europeo, las cuales fueron adquiridas por Don Pascual Baburizza en sus diversos viajes por el “Viejo Continente”. La visita consta de un recorrido completo por las distintas habitaciones de la gran mansión ubicada en el Paseo Yugoslavo. La primera planta del museo nos muestra la colección personal de Don Pascual, la cual se caracteriza por contar con una gran cantidad de obras de arte de diversos estilos. La obra que más me llamo la atención es “Nieve” de Ivan Fedorovitch Choultsé, una obra realista que destaca por su impresionante técnica, donde con el juego de colores es posible apreciar un paisaje de nieve al amanecer o atardecer, de acuerdo con la intensidad de luz del lugar en la que se encuentra. Siguiendo el recorrido por el primer nivel podemos seguir viendo obras que nos muestran un poco de la realidad europea de la época. Según los comentarios de la guía, todas las obras fueron adquiridas por Don Pascual, quién sin tener un amplio conocimiento del arte las iba adquiriendo según sus gustos personales. Destacan obras realistas como “Regreso de los Pescadores” - Louis Eugéne Isabey, así como también otras impresionistas como “La playa de Trouville” de Eugene Louis Boudin. Destacan también en este primer nivel distintos muebles y decoración europea, como mesas y sillas, además de una gran chimenea de mármol.
    Al subir las escaleras dejamos de lado la colección personal de Don Pascual para pasar a la colección de obras del Museo de Bellas Artes, donde podemos encontrar una gran cantidad de obras de chilenos, las cuales fueron donadas al museo, además de obras en las cuales se representan distintos sectores de Valparaíso. Esto último me llamó mucho la atención, ya que toda mi vida he vivido en esta región, por muchos años recorriendo Valparaíso. He visto algunos cambios que ha tenido la ciudad, pero aún así, muchos paisajes fueron para mi irreconocibles, como el sector de placeres, caleta portales, entre otros, los cuales reflejaban la forma en la que se vivía en esta ciudad en la época de 1900.
    La obra que más me llamo la atención fue “La juventud tentada por los vicios” de Alfredo Valenzuela Puebla, donde es posible observar a 2 hombres y 2 mujeres desnudos, donde uno de ellos posee en sus manos una copa de algún tipo de licor y se acercan caminando hacia un abismo. En esta obra se representan algunos de los vicios de la juventud como el exceso de vanidad, lujuria, adicción a los juegos y el alcohol.
    En resumen, la visita al Museo Baburizza es una invitación a transportarnos a los primeros años del siglo XX, conocer sobre la cultura de Valparaíso y Europa de la época, a través de una gran exposición de arte y un cálido recibimiento. 90 minutos de visita no fueron suficientes para observar de forma acabada cada una de las obras presentes en el museo, por lo que se recomienda ir a visitarlo con tiempo.

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  39. Génesis Jara Maturana
    En la pasada visita al palacio baburizza lo primero que llamó mi atención fue su infraestructura ya que esta se ha mantenido con el paso de los años, el palacio data del año 1916 y sigue en muy buen estado, el piso era el original, la altura de los techos se mantenía como los característicos de la época. El palacio fue diseñado por arquitectos italianos a pedido Ottorino Zanelli, de la misma nacionalidad, esto también dentro del contexto histórico de Valparaíso como importante puerto de comercio internacional al que llegaban familias europeas que se enamoraban de la ciudad y decidían erradicarse.

    El palacio además de sus obras, está lleno de lujosos decoraciones y detalles y sin duda, lo que más me gustó fue la chimenea de marfil rosado, que fue traída desde europa, era llamativa y elegante, además de que la pared en la que se encontraba era diferente, junto con las luces creaban un espacio armonioso que además de derrochar lujo, el espacio tenía un aura muy acogedora.
    En el recorrido se nos presentaron distintas colecciones de arte, como la colección de arte europeo que dejó como legado a Valparaíso Pascual Baburizza, en la que destaco la obra "Nieve" de Ivan Choultsé, esta obra en primera instancia me gustó por la calidez que entregaba, la calma y tranquilidad que reflejaba la naturaleza, pero después la guía nos mostró como cambiaba con distintos tipos de luces y eso me impresionó, ya que no había visto antes algo así. Pero sin duda la colección que más me gustó en la visita al museo fue la colección Valparaíso, seguramente debido a la cercanía y amor que tengo por la ciudad, esta colección muestra distintos lugares históricos de nuestro querido puerto y dentro de ella me llamó la atención como hay lugares que han cambiado drasticamente con el paso de los años, como también hay unos que han conservado su esencia y valor histórico, un ejemplo de esto es la tan concurrida avenida españa, que queda retratada en la obra de Desiree Chassin Troubert "Naufragio frente a la baja", en ella se ve como el camino era de tierra y personas se desplazaban a pie, además de que junto al camino se encuentra el mar, libre y sin las limitaciones de las construcciones que se han hecho con los años. Otra obra que me llamó la atención fue "Antiguo muelle prat" de Thomas Sacques Somerscales, donde se puede ver como los pescadores trabajan y la aristocracia separada de ellos paseando en un entorno protegido, representando la separación de clases que hasta hoy en día se mantiene en Chile. Para terminar La obra "Paseo Atkinson" de Alfredo Helsby, muestra como Valparaíso recibía a visitantes europeos debido al importante rol que tenía como puerto abierto al comercio internacional, la obra muestra a una familia europea en el paseo que hasta hoy se mantiene con la misma estructura, y las edificaciones de la obra se mantienen hasta el día de hoy.

    Esta visita al museo me ha hecho reflexionar que la desinformación y desinterés de los chilenos con la cultura, se ve reflejado en el poco conocimiento que se tiene de los tesoros que se hay en la ciudad, ya que esto no solo se da en valparaíso. Agradezco esta salida a terreno porque tal ves no me hubiera dado el tiempo de conocer el palacio, ni hubiera tenido la oportunidad de conocerlo tan detalladamente como lo fue en esta oportunidad gracias a la guía del museo. Personalmente estoy en deuda con el arte, porque me cuesta aún entenderlo, y apreciarlo como corresponde.

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  40. Primero que todo, mencionar que esta fue mi primera visita al Palacio Baburizza, por lo cual el sentimiento de asombro ante las obras presentadas y la misma arquitectura del palacio fue mayor aún.
    La visita parte con una contextualización y narración de los inicios del palacio, dando a conocer su primer dueño y la vida de este, don Ottorino Zanelli. Y como luego llega a manos de don Pascual Baburizza, quien es quien realmente disfruta del inmueble y lo modifica y decora de acuerdo a su parecer. Además a lo largo de la visita guiada se presentan los detalles del inmueble, lo cual potencia la visita y hace que uno se sumerja en el ambiente. Respecto al palacio, cabe destacar el buen trabajo realizado por los restauradores y el personal a cargo, puesto que gran parte del inmueble se encuentra en su estado original y en muy buenas condiciones. Entre las piezas que más llamaron mi atención, se encuentra una mesa decorativa redonda bañada en oro y un gobelino tejido a mano.
    En cuanto a las obras presentadas, estas se dividen en dos colecciones, la primera colección ubicada en el primer piso corresponde a la colección privada de Don Pascual. Estas obras son mayormente europeas, en donde se destacan en su gran mayoría obras pertenecientes al impresionismo, movimiento artístico que se extendió por Europa a finales del siglo XIX. En las obras exhibidas se presentan distintos tipos de técnica y estilos, algunos más simples a primera vista en comparación a obras que incorporan perspectiva y profundidad. De esta forma, el cuadro que mas llamo mi atencion de esta primera colección es la obra "Nieve", en la cual se aprecia un paisaje nevado y que cambia la tonalidad de sus colores de acuerdo a los cambios de luz en el ambiente, pareciendo en un momento que es un amanecer y al otro un atardecer.
    La segunda colección presentada corresponde principalmente a obras de artistas nacionales las cuales fueron donadas por sus autores. En esta colección se destacan obras que representan a la ciudad de Valparaíso desde la óptica del autor, inspira mucha nostalgia el ver cuadros de un Valparaíso de mediados del siglo XX y poder contrastarlo con los actuales parajes del puerto. Sin duda alguna esta colección es un gran valor patrimonial para todos los porteños, puesto que rememora sus orígenes y mantiene viva la idiosincrasia del puerto.

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  41. Contexto
    El palacio Baburizza Fue construido en 1916 por los arquitectos Arnaldo Barizon y Renato Shiavon, por encargo de un empresario llamado Ottorino Zanelli, esta construcción se diseñó siguiendo el movimiento del Art Nouveau y el Art Deco. Luego en 1925, este palacio fue adquirido por Pascual Baburizza (quien es la razón del nombre del palacio), esta persona fue un empresario filántropo croata radicado en Chile desde que tuvo 17 años, y es conocido por su legado tanto en vida como lo fue el parque El Salitre (actual jardín botánico) y sus múltiples donaciones, como después de su muerte como su palacio que actualmente es sede del museo municipal de bellas artes de Valparaíso y declarado como monumento histórico.

    Museo
    El palacio Baburizza cuenta con múltiples obras entre pinturas y esculturas, donde la mayoría están conformadas por donaciones de Pascual Baburizza, en el cual existen colecciones tanto chilenas como europeas, además de realizar exposiciones temporales organizadas por el museo municipal de bellas artes.

    Comentario
    Encuentro genial que se realice la conservación de este tipo de expresiones artísticas que además son legados de un pasado histórico de la región, representando la influencia europea de lo que alguna vez fue la zona geográfica comercial más importante de Chile en su época de oro, donde muchos pineros europeos se asentaron en Valparaíso para formar sus vidas y aportar al país. Junto a esto me agrada el hecho de que esto sea un legado no solo por su poder adquisitivo, si no un legado de aportes que contribuían a la cultura y a la sociedad porteña.

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  42. Parte 1

    Antes de escribir cuales son mis impresiones respecto a la visita efectuada al Palacio Baburizza, creo que es necesario tener una breve reseña histórica respecto al contexto de esta construcción y de la persona que hizo esto posible.

    El palacio Baburizza fue construido en 1916 por los arquitectos italianos Arnaldo Barison y Renato Schiavon para la familia Zanelli. Ottorino Zanelli por una enfermedad no alcanzo a disfrutar su casa, muriendo el mismo año en que acabaron la construcción, la viuda vendió la mansión a Pascual Baburriza, segundo y último propietario del inmueble. Este palacio se enmarca dentro del periodo de auge urbanístico que trajo como consecuencia el terremoto que azotó Valparaíso en 1906, su arquitectura y diseño está inspirada en la corriente del Art Nouveau austriaco, el Jugenstil. Pascual mantuvo gran parte de la arquitectura, pero aún así realizo ciertas modificaciones que quedaron a cargo del arquitecto Vicente Colovic, entre las cuales resalta la gran chimenea decorada con un gobelino francés. En su legado Baburriza, dono la colección de pinturas a la ciudad y dejo su residencia a su familia quien la vendió finalmente en 1971 a la municipalidad de Valparaíso.

    Valparaíso es una ciudad que resalta por su peculiar arquitectura, cuenta con 45 cerros que forman un anfiteatro frente al mar que recibe a los numerosos turistas que viajan para conocer la historia que hay detrás de cada uno de ellos con sus famosos grafitis que forman la identidad de la ciudad. Dentro de esta historia es importante reconocer la principal influencia de familias inmigrantes europeas, que dieron vida a la ciudad y es ente aspecto que el museo Baburriza adquiere gran relevancia ya que es una muestra tangible de aquello.

    Conocer el palacio es una experiencia reveladora, que nos transporta a otra época de inicio a fin, esta sin querer nos obliga a ser observadores de una arquitectura maravillosa que desde el primer paso deslumbra al espectador con su imponente puerta principal, sus altos techos que nos hace sentir minúsculos, amplios salones que llaman a compartir y ser testigos de nuevas anécdotas y un sin fin de detalles propios de de esa época y muy del gusto de su propietario final, Pascual Baburriza, que pese a mantener gran parte del diseño original, realizo modificaciones para convertirla en la casa de sus sueños. Desde un punto de vista más social, tener una propiedad con las características que poseía el actual Palacio Baburriza, era sinónimo de estatus e importancia, sobre todo para una sociedad bastante retrasada en términos de desarrollo cultural como Chile, en que apreciar el arte a través de pinturas no era algo común en la época y Pascual incorporó el gusto por el arte a través de su colección de pinturas personal en perfecta sintonía con la arquitectura de la casa, logrando que esta combinación perdurará en el tiempo.

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    Respuestas
    1. Parte 2

      Respecto a la colección personal de Pascual Baburriza, esta está compuesta por pinturas de distintos pintores europeos, la mayoría de estas se enmarcan dentro del impresionismo, por lo que tomaba bastante tiempo el poner apreciar cada una de estas obras. Entre todas las obras hay una que cautivó completamente mi atención que fue la obra “ Nieve” de Ivan Federovitch Choultsé. Esta obra en comparación a las otras muestra un trazo y pintura más definido, pero hay un pequeño detalle que atrapa al espectador y es que dependiendo de la luz en que se observe, es que se distinguen dos versiones de la misma pintura. En primera instancia se aprecia con la luz del salón, en este caso la pintura muestra colores cálidos que transmiten la sensación de abrigo, y de una manera casi mágica, al apagar la luz, esta pintura se transformaba en algo frío, un paisaje desolado y entristecido. Sin duda que esto es algo que escapa del común en comparación a las otras pinturas de su época.

      Algo importante del museo, es que agrega al catálogo obras realizada por artistas chilenos y no se queda solo con exponentes extranjeros. La colección de pintores chilenos en su mayoría retratan paisajes nacionales de época, en que la naturaleza salvaje predomina por cada rincón de la ciudad. Pero quiero detenerme en la obra “ Plazuela Ecuador” del autor Desiree Chassin Trubert, perteneciente a la colección Valparaíso. La obra muestra un paisaje bien conocido por porteños y porteñas ya que se encuentra en un cerro conocido y muy visitado por los jóvenes de la región como es subida ecuador. Una de las cosas que llama la atención es ver el casi nulo efecto del tiempo ya que el paisaje que se aprecia es bastante similar al paisaje actual. Los colores pasteles de la obra, y la simpleza del trazado hacen que sea una obra fácil de disfrutar e interpretar. Las calles de tierra, las casonas de techos altos, son un recuerdo que aún lo podemos vivir si entramos a una de las casas de esta subida o de la misma plazuela, es un centro comercial además, lleno de carnicerías, verdulerías y otros negocios, lo que me impresiona que además de algunas construcciones nuevas y del asfalto que hoy posee la calle no cuesta reconocer la plazuela, con su gente, su ruido y el transito que esta tiene.

      A modo de cierre, el bienal trajo consecuencias positivas para le museo por lo que puede ser considerado como una muy buena iniciativa, que fomenta y mejora espacios de desarrollo cultural dentro la ciudad de Valparaíso. Sobre todo para el palacio Baburriza que forma parte de la historia de la ciudad, así que el complemento de la arquitectura con la colección de arte es sin duda beneficioso para todos.

      Camila Valenzuela

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  43. Parte 1:

    En esta primera visita al palacio Baburizza con el curso, debo destacar que me sorprendieron las restauraciones realizadas a las instalaciones, ya que tuve la suerte de recorrer este lugar al inicio de los trabajos de restauración. Me parece importante que se realicen estas obras que permiten rescatar parte de nuestra historia regional, y se agradece la oportunidad de disfrutar de este y otros lugares con visitas guiadas gracias a las gestiones del ramo.

    Lo que no pude disfrutar en mi primera visita a este inmueble, son las obras presentes en gran cantidad gracias a la afición de don Pascual Baburizza, un hombre croata, quien adquiere esta mansión en 1925, transformándose en el segundo propietario. Sin decendencia directa, dona a la ciudad de Valparaíso su gran colección de pinturas europea, realizadas por artistas españoles, franceses, italianos, entre otras nacionalidades. El valor que merece esta colección es inconmensurable, ya que llega a nuestro país, tras varios viajes y de todas partes del mundo, por lo que el Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso tiene el deber y la fortuna de exponer obras que enseñan tanto movimientos emergentes de su época, como obras que preservaban la tradicionalidad del momento.

    A modo de apreciación personal, quiero destacar una obra que me llamo la atención, nombrada “En la playa de Trouville” de Eugene Louis Boudin. A pesar de ser una persona poco entendida en los términos correctos y la historia del arte, siempre me llamó la atención la transición entre el realismo al impresionismo, ya que desde mi perspectiva son formas, dentro de una misma rama del arte, paradojalmente distintas de representar lo “observable”, es por esto que la obra recién mencionada salta a mi vista. Corresponde a una pintura referida a los comienzos del impresionismo francés, y que, desde mi apreciación, al ser una obra pequeña no es necesario tomar mucha distancia para poder disfrutar como la imagen enseña a varios grupos de personas en “movimiento” por el efecto de las manchas, siendo este efecto algo que me atrae porque se puede apreciar como esta realidad representada por medio del oleo cobra movimiento y vida.

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  44. Parte 2:

    Dentro de la segunda parte de la visita guiada, se pudo apreciar el producto de la labor del Museo, la exposición de obras realizadas por artistas nacionales. Enfocándonos en lo que se denomina “Colección Valparaíso” que contiene obras de autores propios de dicha ciudad, debemos rescatar el valor que se merece, ya que representa la instancia para cualquier visitante de conocer las transformaciones a lo largo del tiempo en la ciudad en la cual se encuentra.

    Desde mi apreciación personal quiero rescatar el pintor Alfredo Helsby por su obra “El Paseo Atkinson”, un paseo ubicado en las cercanías del Palacio Baurizza, el cual es muy transitado por turistas y amantes de la ciudad. Esta obra representa una evidencia del legado arquitectónico de la ciudad de porteña, ya que enseña una arquitectura de casas con fachada continua que se preservan hasta hoy en día, lo que permite a los visitantes evidenciar el valor histórico de poder transitar por los paseos peatonales del sector. El autor por medio de colores cálidos representa una niña con vestimentas de una familia acomodada jugando con un aro, junto a otro personaje en un segundo plano típico de la época, que al parecer representaba a un vendedor. Estos personajes se encuentran insertos en la urbanización insipiente y pujante de la ciudad, de la cual se debe destacar la luminaria a gas que se aprecia en la obra y la torre de alarma contra incendios del cuerpo de bomberos ubicada al final del paseo, que permitían dar aviso contra los siniestros en los cerros de Valparaíso.

    Como fue explicado a los alumnos entre 1973 y 1995 se realizó la Bienal Internacional de Arte de Valparaíso, cuyos tres primeros lugares de las obras eran de adquisición, sumándose a la colección de obras de la municipalidad. Es debido destacar de este conjunto de obras, que nacen y representan una de las pocas expresiones artísticas que logran llevarse a cabo en ese periodo. Su valor es destacable al sobrevivir a los años de dictadura en el país, pero es lamentable no haber sobrevivido a las deficiencias de una adecuada gestión y financiamiento en los años posteriores. Este tesoro contemporáneo de la ciudad de Valparaíso, creado solo gracias a iniciativas municipales, me invita a pensar que este tipo de iniciativas no deberían quedar solo en manos de gobiernos locales. Es importante que el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio potencien y financien iniciativas semejantes, ya que con un poco mas de un año desde su fundación se debe entender que se debe hablar de voluntades más que de oportunidades y/o financiamientos, ya que existe la evidencia empírica de que el Bienal Internacional de Artes de Valparaíso es una instancia sobreviviente a la adversidad durante muchos años, y que deja su legado a disposición de los visitantes en el Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso.


    Fernanda Donoso Landeros

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